AMOR, ADICTIVO, PELIGROSO Y VOLATIL
14 de Febrero de 2018


*Se activa en el cerebro, por la vista y el olor
* Es adictivo, crea dependencia
* Celos e infidelidad, devastadores
 *Desamor la peor experiencia

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos, 13 de febrero de 2018.- Amor (del latín, amor, -ōris) es difícil de definir porque abarca sentimientos diferentes, desde el amor propio, filial,  platónico, romántico, sexual, amistad, devoción religiosa (Dios, Buda, Mahoma, etcétera), universal, pero cuando alguno de ellos predomina se rompe el justo equilibrio del buen y bien amar, abriendo la puerta del infierno al convertir este bella emoción en celos, infidelidad, tristeza, abusos, maltratos, locura que sumergen a sus víctimas en estados depresivos, que pueden llevarlos hasta la muerte, toda vez que el amor es adictivo, por lo que algunos lo describen como peligroso y volátil, recomendando amarse primero a uno mismo y después al otro.

En ocasión del 14 de febrero científicos, sociólogos y mercadólogos sociales realizaron una serie de análisis sobre el amor en parejas en sus diversas fases, desde el enamoramiento, la etapa rosa, en la que los enamorados engordan al sentirse muy cómodos, felices y relajados, hasta los celos, la infidelidad, la envidia entre la pareja, las fantasías sexuales y por supuesto la explosión del amor digital, que se vive y practica por Internet.

El amor es un estado físico-químico de demencia temporal en términos neurológicos, que dura un máximo de cuatro años o hasta que aparece otro ser que despierta esa pasión romántica, y sólo pervive el apego o la compañía hacia una persona, aseguró Georgina Montemayor Flores, de la Facultad de Medicina de la UNAM

En el enamoramiento —añadió—, se activan sustancias químicas en el cerebro, que ocupan todas las neuronas y no se puede sino pensar en el ser amado. Por ello, también se le compara con un estado obsesivo compulsivo. En una adición.

En sus etapas iniciales la obsesión llega a ser tal que las personas dejan de ser productivas; de hecho, recordó, las grandes obras de arte nunca se crearon cuando los autores estaban apasionados, sino después, en el proceso del desamor.

Hasta la gente más brillante, explicó, pierde la compostura cuando está enamorada, porque se activan las zonas que controlan emociones, como el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo, el giro singulado y las partes del sistema límbico.

Al momento de la atracción, actúa la primera capa de la corteza cerebral prefrontal, donde se toman las decisiones y se resuelve si se toma el riesgo o no.

Cuando se decide no enamorarse, se utilizan todos los mecanismos necesarios para evadir ese atractivo, pero si decide comenzar el intercambio químico, se segregarán las sustancias que provocan una adicción similar a la de las drogas, destacó.

ATRACCION ADICTIVA

El amor romántico es tan fuerte como el impulso de ingerir alimentos o tener sed, se puede controlar en las primeras etapas, pero una vez activado es imposible detenerlo, aunque es temporal, aclaró.

Existe un proceso natural por el que el cerebro se desenamora, y consiste en aumentar los niveles de oxitocina, la hormona del apego, incompatible con la pasión romántica, que se convierte en el cariño familiar, describió Montemayor Flores.

No se puede sentir una atracción desbordante y el afecto al mismo tiempo, porque tienen estructuras cerebrales distintas, no así el deseo sexual, que se combina con ambas, refirió.

El apego, la costumbre, es una sensación cálida que se siente por cualquier persona, que no precisa ser de diferente sexo. Su contraparte es una vorágine, en donde se está todo el tiempo exaltado, en la euforia más terrible o en la depresión más obscura según sea la recompensa del objeto de la cuita. Ni siquiera el deseo sexual es tan fuerte, agregó.

Manuel González Oscoy, catedrático de la Facultad de Psicología (FP), resalta el papel del apego frente a la pasión romántica, pues se le considera, en términos psicológicos, como “el amor verdadero”.

Roberto Cao Vázquez, de la Universidad de La Habana, Cuba, sostiene que la “cascada del amor” entre dos personas se da cuando se atraen por medio de la vista, el olfato, la voz y el tacto. De ellos el que más se desconoce es el habla, por ser un aspecto más psíquico que físico.

El olfato es determinante para el enamoramiento, ya que capta moléculas como las feromonas, que a través del olor atrae sexualmente.

Roberto Cao reveló que existe un órgano denominado vomeronasal, un dispositivo nasal que capta las feromonas. Aunque su existencia se ha debatido por mucho tiempo, se ha comprobado por medio de experimentos que la nariz humana distingue la testosterona y los estrógenos.


DESAMOR Y BAJA AUTOESTIMA

Siendo las mujeres las que poseen un olfato más agudo, por lo que un simple mal olor de boca puede ser factor para que empiece el proceso de desamor.

Sin embargo, la investigadora Montemayor, dice que todos los individuos tienen diseñan mentalmente un mapa en el que se basan para elegir a la pareja ideal, de ahí que las personas que eligen tienen similitud, incluso en defectos.

La peor experiencia del amor es el desamor, y entre más tiempo se estuvo con la pareja es peor, porque en el proceso de duelo se hace un balance de lo que han perdido en la vida.

Al ser adictivo, el amor vuelve dependiente a los enamorados, pero en el proceso de desamor, se libera, aunque de principio no sabe qué hacer con el tiempo que destinaba a su pareja.

Por ello, se recomienda, dijo, que antes de entrar a una relación amorosa, se tenga muy claro y firme el amor por uno mismo, para saber poner límites al otro cuando se exceda, a fin de no permitir abusos ni maltratos, ni perdonar infidelidades reiterativas, porque así es como se falta el respeto a uno mismo y sin darse cuenta empieza a degradarse ante sí mismo, perdiendo autoestima y oportunidades de desarrollo personal, profesional y económico.

CELOS

Los celos son de las emociones más comunes en las relaciones amorosas. Nuestra cultura y la sociedad nos han enseñado que este sentimiento se da porque así es el amor, “si no siente celos no te quiere”. Además es muy común que se acompañe de envidia, aunque pocas veces lo podemos detectar.

Lucy María Reidl Martínez, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, apuntó que tanto los celos como la envidia resultan terribles en una pareja, porque nos tensan, nos hacen daño físicamente, e incluso, el amor se vive con malos tratos, gritos y hasta “sombrerazos”.

Refiere que los hombres tienden a ser más posesivos que las mujeres, pero ellas también viven esta emoción. Hay casos de mujeres obsesivas que sienten celos cuando el marido va al trabajo y piensan que eso puede llevar al término de su relación.

En cambio, los hombres pueden sentir envidia cuando alguna otra persona tiene atenciones con su pareja, y lo disfrazan de celos, pero la realidad es que a ellos les gustaría vivir esa situación, por ejemplo, en el aspecto profesional pueden sentir celos si la pareja tiene más éxito, pero en realidad se trata de envidia.

Así, resulta que tanto los hombres como las mujeres son víctimas de los celos y la envidia, y en muchas ocasiones hasta por razones muy ridículas, añadió la investigadora.

En nuestra sociedad nos han enseñado que la envidia es un pecado capital, y por ello, difícilmente aceptaremos que tenemos este sentimiento. “Si tienes envidia te tienes que confesar”. Sin embargo, los celos son vistos como la emoción que sostiene a la relación, “si yo te celo tengo la intención de cuidarte y proteger a mi familia, no tiene nada de malo”.

INFIDELIDAD

Al aparecer los celos en una pareja, pueden mejorarse las relaciones, raras veces,  llegar el rompimiento o entrar en una etapa de “escapismo” o simulación y acentuarse la infidelidad, al vivirse sentimientos de soledad, insatisfacción, aburrimiento, venganza, abandono o curiosidad.

Las redes sociales se han convertido en “los quioscos del amor”, en los que se ofertan muchas posibilidades de relaciones personales, toda ves que millones de hombres y mujeres exhiben sus mejores fotografías y se muestran disponibles, aunque estén casados o comprometidos, y gracias a una serie de emoticones y gifs animados sugerentes de romanticismo y erotismo se facilita que interactúan con varias personas a la vez, dando paso a la infidelidad cibernética que puede llegar a ser una realidad.

Encuestas realizadas por The Competitive Intelligence Unit, 2018, revelan que tan sólo en México son 72.6 millones de usuarios de redes sociales al finalizar 2017, de los cuales 44.5% declaran haber sentido celos, enojo o haber tenido una pelea al momento de revisar las publicaciones de su pareja, lo cual representa un crecimiento de 7.9% con respecto al año anterior, lo que revela que 1 de cada 2 usuarios de Redes sociales han tenido problemas con sus parejas a causa de sus relaciones por Internet.

Las redes sociales son una plataforma para infidelidad, ya que 17.4% de los usuarios de redes sociales confiesan haber sido infieles por esa vía.

38.1% de los usuarios en México ocultan su situación sentimental, lo que ha provocado una ruptura en 1 de cada 4 relaciones de pareja.

Estas prácticas en redes sociales han causado inseguridad en las parejas, por lo que 43.1% admite haber checado los dispositivos de sus amados, de los cuales 51.1% afirma haber encontrado elementos extraños e incómodo.

Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, Telegram, Skype y otras aplicaciones han provocado situaciones de conflicto entre los enamorados, llegando incluso al rompimiento.

El estudio de   revela que 24.6%  de las personas aprovecha el momento en que su pareja se está bañado para poder indagar en sus dispositivos, para confirmar sus sospechas, 11.5% espera a que su pareja se encuentre soñando con su amada/o, quien en ocasiones no es el mismo que está revisando su teléfono, y de esta forma saber qué es lo que sucede cuando no están juntos, o peor aún, cuando están juntos, otro porcentaje crea cuentas falsas y desde ahí lo monitorea.

Sin embargo, un 22.6 % de las parejas accede a compartir sus contraseñas con su pareja para evitar celos, aumentar la confiabilidad y vivir un amor bonito y perdurable, como el que este Día de San Valentín se celebra en muchos países del mundo. 

13 de febrero es el Día oficial del Soltero o Soltera

Para millones de personas que no tienen una relación amorosa, el 14 de febrero es un día incomodo, por ello, previo a esta fecha se declaró el 13 de febrero es el Día oficial del Soltero o Soltera, para contrarrestar el Día de San Valentín.

Olivia Tena Guerrero, profesora del Programa de Investigación Feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, apuntó que el 14 de febrero “es un día comercial que sólo explota el deseo de enamoramiento que tienen mujeres y hombres, pero este día los que más celebran son los solteros, es un error suponer que ellos no tienen vida amorosa y sexual”.

Para la doctora en sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Máxima Casa de Estudios, hay una creciente tendencia de los mexicanos a la soltería, ante esto, la sociedad debe avanzar para que esa condición sea considerada normal y no un problema, “existe una dificultad para nombrarla, como término legal, estado civil, pero se es soltero por una circunstancia o por decisión”.

Refirió que esa condición es vista negativamente, sobre todo cuando se trata de mujeres. Mientras ellas son calificadas de solteronas cuando pasan los 40 años, a un hombre de la misma edad se le juzga de inteligente por disfrutar de los logros alcanzados.

Sin embargo, muchas mujeres prefieren estar sin pareja que tener una que no las haga feliz y violente el concepto de un amor rosa y perdurable como lo conciben ellas.

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