COVID-19 ENFERMEDAD PARA RICOS

Barrendero de la CDMX

 

  • Millones de pobladores del mundo sin jabón ni agua para lavarse las manos
  • En México hay 53 millones de pobres que viven al día. Encerrarnos nos matará de hambre
  • Fábricas de Xalostoc incrementan en 2000% producción de jabón y antibacterial

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS


CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos, 19 de marzo de 2020.- Mientras varios países luchan contra el coronavirus con confinamientos generales, en México, donde a partir de este viernes 30 millones de estudiantes empezarán a quedarse en sus casas para evitar contagios masivos, hay preocupación entre los más pobres, “porque si nos encerramos moriremos de hambre.  Trabajamos al día o acaso ¿el gobierno nos dará de comer y pagará nuestras cuentas?, preguntan taxistas, tianguistas, comerciantes independientes y choferes de combis.

En tanto, la ONU advirtió que unos 3.000 millones de personas no cuentan siquiera con las armas básicas para protegerse: jabón y agua potable.


La pandemia contagió hasta ahora a unas 200.000 personas en el mundo y mató hasta este jueves a casi 9.000, propagándose sin dar tregua tras su emergencia en China en diciembre pasado.


Europa se ha convertido en el epicentro de la batalla del virus, al cerrar fronteras y encerrar a millones de personas en sus casas, prohibirles asistir a servicios religiosos, tales como misas, bautizos, bodas y funerales.


El  norte de Italia es el más golpeado por el coronavirus, que incluso ha matado a una docena de sacerdotes en Bérgamo, cinco en Parma, otros en Milán y en Cremona.


En Asia han impuesto multas, cárcel y pulseras electrónicas a los que salgan de sus casas.


La diócesis de Bérgamo, entre las ciudades más golpeadas por la pandemia, confirmó que al menos diez sacerdotes han muerto tras contraer la enfermedad, informó el jueves el diario católico Avvenire.


En California se emitió una orden para que nadie salga de sus casas.  


Pero, en México fue hasta hoy que el pleno del Consejo de Salubridad General reconoció la epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV2 (COVID-19) como una enfermedad grave de atención prioritaria, al informarse que hay 164 personas portadoras del virus y 448 sospechas de tenerlo, de acuerdo con la Secretaría de Salud.

 

Al igual que muchas ceremonias religosas en el mundo, en una iglesia indigena de Xalostoc suspenden festividades de San José y representación del Viacrucis


El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la pandemia afecta a los más pobres y su única estrategia para no apoyarlos económicamente es dejarlos seguir su vida normal, a riesgo de que se propague la enfermedad peor que en Italia, donde no se tomaron precauciones sanitarias a tiempo.


Es la propia gente la que ha tomado la iniciativa de hacer cuarentena, cerrar gimnasios, suspender eventos religiosos como la celebración de San José, el 19 de marzo, que se extendían por una semana en varias comunidades mexicanas.


El mundo y México se están deteniendo.


Pero, en la Organización Mundial de la Salud (OMS) crece la preocupación por las naciones en desarrollo con sistemas de salud frágiles, entre ellas México, donde hay 52.4 millones de pobres que viven al día, sin seguridad médica y apenas tienen para comer.


Millones de mexicanos dependen de las ganancias diarias, como ocurre con los taxistas, los de las combis, las mujeres que venden fritangas en la calle, el comercio ambulante en general e innumerables trabajos de “mil usos” e independientes que se paralizarán junto con la economía global.


¿Qué voy a hacer, de qué vamos a vivir?, se preguntan trabajadores independientes, para los que los gobiernos federal, estatal y municipales no han aclarado si de los 180 millones de pesos liberados por el Congreso para hacer frente al coronavirus se destinará una parte para apoyar con alimentos, agua y gas a los más desprotegidos.

López Obrador sólo dijo que se adelantarán dos bimestres a los de la tercera edad, pero para los de la economía informal, para los que viven en las calles o las zonas sin servicios públicos no hay un plan de emergencia.


A la OMS preocupa que el sistema de salud en México es muy deficiente, ya que en vez de avanzar se han quitado recursos para la atención de enfermedades que venían recibiendo atención prioritaria, como el cáncer, la diabetes y el Sida.


“Y, ahora con el coronavirus, el presidente Andrés Manuel López Obrador minimiza los efectos del virus y lo único real que ha hecho es mostrar sus oraciones y sus amuletos, pero no ha desplegado una estrategia real de contención de la pandemia.  Estamos fregados”, comentaron un grupo de taxistas preocupados porque saben que no tendrán ganancias suficientes durante 40 días y que trabajar normalmente será como jugar a la ruleta rusa.


“No sabemos si el Covid-19 es real o no, porque vemos que en México no se hace nada para contenerlo”, asegura el propietario de una tienda de abarrotes del Estado de México, que no sabe qué hacer: ¿abro o cierro mi negocio?


Choferes de combis, transporte público y tianguistas se hacen la misma pregunta y concluyen:


“Si trabajo corro el riesgo de infectarme, si no trabajo, me muero de hambre junto con mi familia. Estamos jodidos”


Países en África y Asia donde hay altos índices de población y pobreza sí restringieron los desplazamientos, impusieron cuarentenas y cerraron escuelas.


En México hoy será el último día de clases en las escuelas de todos niveles y más de 30 millones de estudiantes deberán hacer cuarentena en sus casas, para evitar el contagio.


Las ventas de pánico siguen en los centros comerciales, mientras los tianguis trabajan normalmente, pero con mucho miedo de sufrir un contagio.


“Pero qué hacemos señito, nosotros vivimos de lo que ganamos al día.  Esta enfermedad nos va a matar o nos va a llevar a la ruina”, sostiene una mujer que vende verduras en un tianguis de la Ciudad de México.

Estación Xalostoc de trenes de carga fabril. Al fondo fábrica de jabón La Corona, en Parque Industrial de Xalostoc, Ecatepec, Estado de México.


Una de las prácticas individuales más fundamentales para protegerse del COVID-19, lavarse las manos, es inaccesible para buena parte de la población mundial, incluso de la misma capital de México.


Por ejemplo, en Iztapalapa en estas fechas muchas colonias no tienen agua ni para lavarse las manos.


Lo mismo ocurre en muchos estados del país.


UNICEF estima que el 40%, es decir, 3.000 millones de personas, carece de medios para lavarse las manos en casa porque no tienen un acceso fácil al agua potable, no pueden comprar jabón o simplemente no son conscientes de la importancia de esta práctica.


"Incluso entre el personal médico no siempre se comprende la importancia de lavarse las manos", afirma Sam Godfrey, responsable de UNICEF sobre agua y medidas sanitarias en el este y el sur de África.


"Es casi como una enfermedad de ricos para África, que por supuesto, acabará afectando sobre todo a los pobres", subraya Godfrey, recordando que los primeros contagios fueron importados de viajes internacionales.


Las poblaciones apiñadas en suburbios y los refugiados hacinados en campos en el Cuerno de África están especialmente expuestos debido a que pueden estar malnutridos o tener problemas de salud, además de contar con unas condiciones sanitarias insuficientes.


En el África subsahariana, 63% de la población de áreas urbanas - 258 millones de personas - no puede lavarse las manos, según datos de UNICEF. En Asia Central y del Sur, este dato es de 22%, es decir, 153 millones de personas.


Pero en el suburbio de Mathare de Nairobi, la capital de Kenia, sus habitantes minimizan los riesgos.


"A medida que el virus avanza hacia los países de bajos ingresos, nos preocupa mucho el impacto que podría tener entre las poblaciones con una prevalencia alta del VIH o entre los niños malnutridos", dijo esta semana el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

"Todavía no hemos visto lo que el COVID-19 provocará en algunas regiones de Asia -- Indonesia, India --, y África", dijo la directora del Instituto Peter Doherty de Infecciones e Inmunidad de Melbourne, subrayando las "diferencias increíbles" entre los sistemas sanitarios.


Mientras en Europa las autoridades tratan de obtener más aparatos respiratorios para los hospitales o en Perú apuran la compra a China de un hospital móvil de Wuhan, en África se teme que falte el jabón.


UNICEF está distribuyéndolo para un millón de personas, pero Godfrey dijo que su importación es todo un reto en algunos países, debido a las restricciones de productos procedentes de China e India.
El jabón sigue siendo la mejor manera de luchar contra los virus, puesto que esta "fantástica" sustancia los despega de la piel, dijo Evariste Kouassi-Komlan, director regional de UNICEF sobre agua, medidas sanitarias e higiene.


En el caso del coronavirus, incluso puede despedazar el propio virus.


En tanto, en Xalostoc, Estado de México, la fábrica de jabón más grande de México, cuyo nombre casualmente es La Corona, se ha incrementado hasta en 2000 % la producción de jabón en todas sus presentaciones, que se importa a Estados Unidos, Asia y Sudamérica.


La producción también se elevó en más de 2000% en fábricas que elaboran gel antibacterial, ubicadas en la Zona Industrial de Xalostoc, afirmó Daniel Avila Cervantes, jefe de producción de una empresa de productos de limpieza..


Ahí, los empleados no han parado, al contrario, trabajamos 24 horas por siete días a la semana, para abastecer la demanda de esos productos indispensables para combatir la pandemia de coronavirus que ha paralizado al mundo.


Las soluciones a base de alcohol también pueden utilizarse contra el coronavirus, aunque no funcionan contra todos los patógenos, pero son un escudo contra el virus.


El gel antibacterial se fabrica con alcohol, agua y un polvo especial para espesarlo, explicó Avila Cervantes.

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