ESTAFA EN WORLD TRADE CENTER

*Empresas fantasmas financieras ofrecen créditos 
fáciles. No los entregan, pero cobran comisión por ellos 
 

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS 

 CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos, 17 de enero de 2019.- Era el 1 de enero de 2019, como a las diez de la mañana, cuando sonó el teléfono: 

Ring, Ring

Buen día, ¿está la señorita Jimena Ramos?

-¿De parte de quién?

Hablo del Corporativo Procurps del Word Trade Center, para informarle que tiene pre aprobado un crédito financiero por 350 mil pesos sin investigaciones en el Buró de Crédito.

--Dígame, de qué se trata, no he pedido ningún crédito y no creo que alguna institución me lo otorgue porque tengo un mal antecedente crediticio, dijo, para quitárselos de encima.

Oh, no se preocupe por eso, respondió amablemente la voz de una mujer, nuestra compañía le otorga crédito precisamente a personas como usted que no pueden acceder a un crédito bancario.  Somos una empresa privada y lo único que tiene que hacer es visitarnos en nuestras oficinas de World Trade Center, con una clave de acceso que le daremos con su crédito pre aprobado.

¿Qué le parece, le interesa, qué haría con 350 mil pesos?

Jimena pensó que había empezado el año con una gran suerte, pero recordó que lo que menos que necesitaba era dinero, porque lo tiene, ella sólo quiere salud y suerte en el amor, pero ante la insistencia de la representante del Corporativo Procurps, respondió:

-Por supuesto que muchas cosas, pero no necesito un crédito, aunque sí me interesa tener abierta una línea de crédito, pero ¿si no lo utilizo ahora, puedo hacerlo más adelante o pedir sólo una pequeña parte, para probar cómo serían los pagos y los intereses?

Sí claro, sin problemas. Le doy su cita para la próxima semana en la oficina 23 piso 15 del Word Trade Center, ubicado en Montecito No. 38, colonia Nápoles, delegación Benito Juárez.  Tiene que presentarse con su credencial de elector y al llegar al piso que le indico dé la clave XWZ38, para que la atiendan y le tramiten su crédito pre aprobado. 

Un día antes de la cita, un ejecutivo de la misma empresa llamó a Jimena para confirmar su asistencia, lo que hizo por curiosidad y para “matar” el tiempo, que aprovechó para pasar a Sears a ver las ofertas anuales de artículos navideños, que según dice es el mejor tiempo para comprarlos a precio casi de fábrica. 

Relata que, al llegar puntualmente a la cita, se encontró que la puerta de la oficina, estaba cerrada y que una mujer con gesto de preocupación saltaba y estiraba el cuello para ver a través del cristal si encontraba a alguien que abriera, al tiempo que abrazaba protectoramente a su pequeño hijo. 

Jimena tenía sospechas, pero quería confirmarlas. 

Lo único que le daba algo de certidumbre era el lugar: World Trade Center de la Ciudad de México, antes Hotel México, famoso rascacielos que alberga un centro de convenciones, centro cultural, estacionamientos y su extraordinario restaurante giratorio, Bellini, el más grande del mundo.

El WTC administrado por JLL Jones Lang LaSalle, empresas dedicada a la operación internacional de inmuebles, consta de 207 metro de altura y 50 pisos.

La Torre WTC es el sexto edificio más alto de la ciudad. Se ubica en la Avenida de los Insurgentes Sur, en la Delegación Benito Juárez. 

El complejo aprovecha los servicios de la estación Polyfórum del Metrobús, ubicada a apenas unos metros de distancia; la estación toma su nombre del Polyfórum Cultural Siqueiros, recinto que forma parte del complejo del WTC.

Todo eso daba confianza a Jimena, pero algo andaba mal. 

Llamó al último ejecutivo con quien confirmó la cita y le dijo que ese piso acababa de cerrar su horario de trabajo, pese a que tenían una cita con ella, pero que la atenderían en el piso 23, oficina 15.

El brillo reluciente de los pasillos de la torre de oficinas es similar en todos los pisos del WTC, comenta Jimena, pero en el 23 era más intenso y resaltaba los cuadros motivacionales que había en la empresa ahora de nombre Financiera de Crédito. 

“Es tiempo de Crecer”, “Apoyamos tu impulso”, “Has realidad el viaje de tus sueños”, son algunas de las frases que se leían en el despacho finamente amueblado, afirma Jimena, quien asegura que “ya empezaba a volar en mis proyectos internacionales cuando llegó el ejecutivo”.

Soy el licenciado Anuar Avila y seré su asesor financiero, le dijo a Jimena, a quien le pidió una serie de datos básicos, le preguntó para qué quería el crédito y en menos de 15 minutos le dijo que había sido aprobado su crédito por 350 mil pesos, pero que le llamará al otro día para que le informará los documentos que necesitaría. 

Le dijo que le llamara a los teléfonos 90008896-90008895 ó al 01800-0874-159 o que le enviará un mensaje al correo corporativo.a@gmx.us solicitando informes sobre los documentos que debía presentar en una segunda cita.

Jimena llamó a los tres días, pero el licenciado Avila nunca lo contestó.  

Fue otra mujer la que le dio la segunda cita con una clave de acceso en el piso 15, oficina 23.  

Ahí fue atendida por Geovani Vázquez, quien le dijo que no sabía nada de su crédito pre aprobado, porque esa era otra empresa y le explico que en WTC son siete pisos los que rentan financieras crediticias.  

Sin embargo, le dijo que no se preocupara, que su compañía también le podría dar el mismo crédito en las mismas condiciones. 

Tras pedirle sus datos nuevamente, le dijo que estaba pre aprobada, y que su documentación, acta de nacimiento, comprobante de domicilio, y de ingresos debía entregarla con el 10 por ciento del crédito aprobado para gastos de seguro de Garantía, Aval y otro concepto que no le quedó claro a Jimena. 

“O sea que tengo que entregar 35 mil pesos para que me den el crédito?”, preguntó Jimena a su nuevo asesor, quien le contesto “Sí, así es”

¿Y sí no traigo el dinero no hay crédito?

Así es, si no paga por adelantado el seguro crediticio, no hay crédito.

Jimena entendió que esa era la estafa que sospechaba y sintió ganas de gritarlo a las decenas de personas que atendían en diminutos cubículos, a los que los supuestos asesores ofrecían créditos menores, por 150 mil pesos, por los que tenían que entregar 15 mil pesos. 

Al salir del WTC, sus sospechas fueron confirmadas en la pantalla electrónica, en la que se alerta a los visitantes del edificio a no caer en la estafa de supuestas empresas crediticias, que cobran porcentaje para tramitar créditos que nunca entregan.

Al respecto la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUCEF) informó que estos fraudes ocurren desde hace años en el WTC y que algunas empresas fantasmas dicen tener certificación de Profeco y Conducef.

Sin embargo, una vez que “un cliente” entrega el 10 por ciento de lo que supuestamente le prestarán, no vuelve a ver a su asesor, y si regresa a la misma oficina donde lo atendieron uno o dos días antes, no lo encontrara porque hay otras personas y no tiene una clave de acceso para que lo reciba un asesor financiero.

Jimena, que no cayó en la trampa, regreso a las mismas oficinas y pregunto por sus supuestos asesores, a los que llamó telefónicamente y nunca volvió a encontrar, pero asegura que todos los días van nuevos incautos desesperados por acceder a un crédito para solucionar algún problema, sin imaginar que serán estafados por una gran red de delincuentes que operan impunemente en el moderno y hermoso WTC

 

 

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