EN LA CARAVANA DE MIGRANTES VIENEN BUENOS Y MALOS

* Algunos beben, se drogan y orinan en las calles
* Emigran por violencia, desempleo y pobreza
* Cerca de tres mil se quedarán en México
* EEUU se apoderó de las bellas islas de Honduras

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos, 08 de noviembre de 2018.- “En la caravana viene de todo, gente buena y mala. Asesinos, pandilleros, personas que se escaparon de la cárcel, que huyen de la autoridad. De todo viene, de todo”, advierte un hondureño al aceptar que, en el campamento instalado en el Estadio Jesús Palillo Martínez de Ciudad Deportiva, muchos migrantes se drogan, beben y orinan en las calles; “pero también hay otros que luchan por una vida digna y aunque les digan que no entrarán a EEUU, su fe en Dios es inquebrantable y seguirán hasta lograrlo, pero yo, como muchos otros, me quedo en México. Aprovecharé la oportunidad que nos dan”.

El olor a marihuana, orines, cerveza y diferentes bebidas alcohólicas es penetrante en algunos espacios, especialmente donde grupos de más de 10 hombres juegan a la baraja y ríen a carcajadas, mientras a unos pasos otros, principalmente niños y mujeres, se cubren de pies a cabeza, con ropa que les regalaron, cobertores y plásticos, intentando dormir.

Enamorado, es su apellido, su nombre Juan. Viene en la caravana con su esposa y cuatro hijos y es de los muchos que está en desacuerdo que algunos de sus compañeros de aventura se droguen y emborrachen, “porque nos afecta a todos, nos cierra las puertas de Estados Unidos, al darle motivos a Trump para no dejarnos entrar a su país”.

Explica que. “en Honduras la Mara Salvatrucha está reclutando a niños y jóvenes para que vendan droga.  Desde muy jóvenes les enseñan a matar, y yo no quiero que mis hijos sean pandilleros, por eso mejor me salí de mi pueblo sólo con lo traíamos puesto.   Aquí nos han regalado tanta ropa y comida que en verdad nos sentimos agradecidos”.

En Honduras era albañil. La jardinería la aprendió en Estados Unidos, donde estuvo hace algunos años, pero lo deportaron porque un día no se presentó con el juez para firmar su estancia por inmigrante con asilo político.

Jorge es otro de los 6,540 migrantes que llegaron a la capital y afirma:

“Yo soy soldador, albañil, operador de máquinas pesadas y pintor de casas.  Tengo muchas posibilidades de progresar en otro país, pero no en Honduras, porque allá esta militarizado, dolarizado, devaluado. 

“En Honduras sólo viven bien los gringos que se han apoderado del país, porque el presidente Juan Orlando Hernández Alvarado privilegia a los poderosos.   Allá el rico se hace más rico y el pobre más pobre.  Allá no existimos, no somos nada en nuestra patria, y en todo el mundo estamos desprestigiados por la violencia de los Mara, pero esos están en Estados Unidos.  En mi pueblo Roatán, no hay nada de eso.  Allá es muy bonito, pero no hay trabajo. No hay dinero”.

Comenta que el lempira, moneda nacional de Honduras, esta muy devaluado, tanto que con 100 lempiras sólo puede comprar un par de dulces.

Un Lempira es equivalente a 83 centavos mexicanos, “pero en los bancos de México no tiene valor. No existe en el sistema bancario, me dicen, han sido los mexicanos los que dan valor a mis billetes, me los cambian por 5, 10 ó 20 pesos.  Gracias a que el pueblo mexicano es muy bueno es que traemos dinero”, dice al mostrar un billete de 100 lempiras.

Jorge al igual que otros hondureños entrevistados coinciden en que su presidente es responsable del éxodo masivo de sus gobernados, ya que ha permitido que Estados Unidos se apropie de las islas Roatán y Cayos Cochinos, cuya belleza y pureza natural muestra en videos, que grabo de residencias de americanos que se construyen a la orilla de las bahías.

Las aguas azul-verde cristalino con arena blanca como las de Cancún, sólo las disfrutan los turistas extranjeros, en su mayoría americanos, explica.

Este hombre de 35 años dice que su vida útil, laboralmente, concluirá en cinco años, por eso tiene prisa por hacer dinero “para comprarle una casa a mi familia”.

Dice estar dispuesto a quedarse en México, para legalizar su situación migratoria, hacer algo de dinero y luego irse a Estados Unidos, “porque sé que aquí no ganaré para hacer una casa en cinco años y allá sí”.

Hasta el momento cerca de tres mil migrantes han tramitado una visa de trabajo en México, para quedarse en México, pero más de la mitad de los 6,540 que están en el estadio Jesús Palillo Martínez, aún quieren irse a la Unión Americana, tienen esperanzas de que les den asilo político, pero este jueves el presidente Donald Trump endureció los requisitos para conceder ese permiso migratorio.

Sin embargo, muchos quieren irse al norte, y su plan B, en caso de que no los dejen entrar a Estados Unidos, es quedarse en algún estado de la frontera, preferentemente Tijuana, “porque hemos escuchado que allá hay mucho trabajo y bien pagado”.

Con esa idea, 170 integrantes de la caravana de migrantes que marcharon hoy hacia las oficinas de la Organización de Naciones Unidas para exigir que les ponga autobuses para llevarlos al norte del país.

Nashieli Ramírez, presidenta de los Derechos Humanos en la capital del país, informó que han llegado un total 6,540 migrantes, de los cuales 1,720 son menores de edad, de los cuales 31 viajan solos; 24 mujeres vienen embarazadas.

El 84% son hondureños, 10% son de Guatemala, 4 % de Nicaragua y 2% de otros países.

En la Asamblea de anoche una mujer les dijo que México es un país muy peligroso, en referencia a la supuesta desaparición de dos camiones de migrantes en Veracruz.

Sin embargo, la presidenta de los Derechos Humanos dijo que ese es un rumor y que no hay información oficial al respecto.
“Sí se han perdido algunos migrantes, pero aquí, porque se salen a comprar o turistear y se pierden, pero los hemos encontrado a todos.  Por eso ya se les dijo que no se alejen mucho”, dijo.

La mayoría de los migrantes que están en la capital vienen de San Pedro Sola y Tegucigalpa, pero ya se espera a los otros que vienen por Chiapas y Veracruz.  Ellos llegarán la próxima semana.

A los que ya están en Ciudad Deportiva, les dan de comer tres veces al día, les han llevado montones de ropa y zapatos, que escogen y la que no quieren la dejan tirada en la calle o en cualquier parte.

El fundador de Comida calientes dice que su misión en darles de comer, pero principalmente alimentarles el alma, “porque ellos necesitan ser escuchados, comprendidos”
.
Entrada la noche el olor a marihuana y vino es cada vez más penetrante. Casi todos huelen a alcohol y es en esos momentos cuando se comprende que unos 100 policías son muy pocos para contener a esa muchedumbre, en caso de que se enardezca. 

Sería una trampa mortal para los uniformados. Pero hasta el momento todos parecen agradecidos y hacen lo posible por contener su verdadera personalidad.

¡Viva México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y todo Centroamérica!, grita Samuel Briseño, al terminar de cantar una canción acompañado de su guitarra, en la entrada del estadio Jesús Palillo Martínez, donde más de 10 ambulancias permanecen las 24 horas, para atender cualquier emergencia de salud, como un posible brote de hepatitis, por el que han sido vacunados.

Samuel abandonó su natal San Pedro Sula el 13 de octubre, cuando se inició la caravana y sostiene que no descansará hasta entrar a Estados Unidos.

¿Están conscientes de que las autoridades de EEUU no lo van a dejar pasar?, se le preguntó y con voz desparpajada responde:
“No nos interesa. Siempre vamos a entrar”

¿Cómo?

“No le voy a decir”, dice tras levantar su guitarra y llevársela a la nuca, mirando retadoramente.

¿Saben que al llegar a Estados Unidos serán arrestados en una prisión mientras se decide su estatus migratorio? ¿Están dispuestos a pasar por eso?

“Con fe en Dios, estoy dispuesto a ir al infierno y salir del infierno con tal de ayudar a mi madre a mis hijos, y que mi patria Honduras este arriba”.

¿Qué pasa con su gobierno, porque no les ayuda?

“Juan Robando, como de le decimos a nuestro presidente (Juan Orlando Hernández Alvarado) nos ha robado todo.  Los gringos tienen el 60% de nuestro país.  Tenemos un presidente muy terco.  Se deja mandar de Estados Unidos.

“Está viendo la crisis y no cede, es peor que Daniel Ortega de Nicaragua, al menos allá ya se normalizó todo, pero en Honduras, todo está peor cada día.  Queremos que Honduras vuelva a ser como antes.  Ahora está en manos de una clase alta del gobierno”.

¿Cómo era antes Honduras?

“Cómo es ahora, pero sin tanta violencia y hambre”.

“¡la neta loco, di la neta!” le grito otro migrante a lo que Samuel Briseño lo enfrentó iracundo:

“A la verga, a la verga...  ¡hay morro!”, exclama y retoma sus declaraciones, para resumir:

 “Mire en pocas palabras estamos reventados”.

eab_elya@yahoo.com.mx
reportajesmetropolitanos@gmail.com

 


LA VIOLENCIA NO ES CAUSA PARA QUE EEUU DE ASILO:

* El éxodo de mexicanos ha bajado tanto que los “coyotes” están en crisis
* Los centroamericanos cambiaron la forma de migrar. Ahora piden asilo
* Los reciben de uno en uno.  Los mandan a prisión.  Puede aplicar o lo deportan

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

TIJUANA, Baja California, 29 de octubre de 2018.- “La violencia en un país no es razón para que Estados Unidos dé asilo a un migrante, es más fácil que lo otorgue  a un homosexual que sufre homofobia, que a los que vienen huyendo del crimen organizado, de los Maras o la violencia extrema en sus países”, aseguró Víctor Clark Alfaro, profesor en el Centro de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Estatal de San Diego California y director del Centro Binacional de Derechos Humanos en Tijuana.

 

DESPLAZADOS POR LA VIOLENCIA

* Vienen aterrados por la violencia en Honduras, Guatemala, y Salvador y México
* “Entre los migrantes vienen muchos Maras.  ¡Tengan cuidado!”: hondureño
* Muchos ya viven en México y trabajan con el narcotráfico, advierten

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS (RM)
Fotos: ISRAEL MARTINEZ (AFN)

TIJUANA, Baja California, 25 de octubre de 2018.- Mientras en la frontera sur, más de siete mil hondureños, salvadores y guatemaltecos, que ingresaron el viernes pasado violenta e ilegalmente a México, continúan su marcha hacia el norte del país, aquí hay una lista de 1,500 migrantes en ocho albergues que esperan cruzar hacia Estados Unidos, en busca de una vida digna. Huyen de la violencia y crisis humanitaria de sus países y aseguran: “en México nos sentimos más tranquilos, aunque también es peligroso, por los narcotraficantes y tratantes de personas, entre los que hay pandilleros de la Mara Salvatrucha, que se quedaron aquí al no lograr pasar al otro lado”.