| A  cinco años de la invasión: 
                    
                      En Irak, “las mujeres más vulnerables y oprimidas que nunca”.En Siria, el Canciller Walid Moallem “no descarta la posibilidad       de una invasión a su país”.En el Reino Unido, el Ministerio de Defensa es acusado por el Sindicato       Nacional de Maestros de querer “re-escribir la historia” En Canadá, una joven estudiante       de origen iraquí denuncia el “primer genocidio corporativo”En Washington, G.W. Bush la declara una “una guerra noble, necesaria       y justa”  Citlali Rovirosa-Madrazo El quinto aniversario  debió haber sido la celebración del derrocamiento de una de las dictaduras más  cruentas de la historia contemporánea.  A cinco años de  iniciada la invasión y tras la caída del dictador Saddam Hussein, debimos haber  presenciado la emergencia de una sociedad nueva, gloriosamente erigida sobre los  valores de la democracia, tan generosamente exportados a tierras irakiés por George  W. Bush Presidente de Estados Unidos y Anthony Blair, ex Primer Ministro de  Gran Bretaña. 
 Pero  las cosas no marcharon bien. Algo falló con las semillas exportadas de la  democracia. A un lustro de distancia, en lugar de cosechar los frutos del sueño  occidental; a lo largo y ancho del Tigris y Eufrates Irak sólo se cosecha terror,  hambre y destrucción.
 
 La pobreza extrema  que según OXFAM aflige ya a cuatro millones de irakís, el desplazamiento de más  de dos millones de irakís, según Save the Children UK, la  inoperancia de la infraestructura y los servicios  básicos como suministro de agua y electricidad, el desempleo, y la violencia sectaria;  son sólo algunas de las calamidades que prevalecen luego de que las llamadas “Fuerzas  de Coalición” fracasaron en su “misión liberadora” cuando en marzo del 2003  lanzaron la llamada “Operación Libertad Irak”.
 ¿Gajes del  oficio de la guerra? o “genocidio  corporativo” como Nofa Khadduri, una joven iraquí-canadiense define  a la guerra de Bush. En su opinión, difundida en un artículo publicado en Al Jazeera, se puede hablar de  “genocidio corporativo” cuando hay una  invasión militar motivada por intereses empresariales en la que “la población  es sacrificada por las ganancias económicas del invasor”. (18-III-2008). 
 Construida a las  orillas de los ríos Tigris y Eufrátes, en la milenaria Mezopotamia que vio  nacer y florecer a la primera gran civilización humana unos 4000 años antes de  nuestra era, Irak hoy yace en ruinas y desolada, no  sólo por el daño inicial causado por las fuerzas de ocupación extranjeras sino  por el terror que infligen las milicias insurgentes y fracciones extremistas que  se inmolan sin piedad condenando al infierno a más víctimas inocentes.
 
 Hace cinco años,  el auto-proclamado guardián de la civilización, W. G. Bush, convenció al mundo  de que el ex Presidente de Irak, Sadam Hussein, tenía armas de destrucción  masiva y vínculos con Al-Qaeda, la organización terrorista responsable de los  atentados en Nueva York en Septiembre del 2001. Pero no encontraron ni armas de  destrucción masiva, ni evidencias de vínculos de Irak con la organización  terrorista.
 No obstante, la  invasión procedió, y, a un lustro de distancia, la promesa de libertad no sólo  no se ha cumplido, sino que los irakís se han hundido en la peor espiral de  violencia que jamás hayan conocido.
 El costo  financiero de la guerra ha sido estimado en tres  trillones dólares por el Premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, y, las estimaciones del costo en vidas humanas van  desde cifras conservadoras de 600mil, hasta la alarmante cifra de un millón de muertos civiles, según afirmaciones  de Robert Fisk, corresponsal para Medio Oriente en el rotativo londinense The Independent.
 Pero la pérdida de  vidas inocentes no fue la única fatalidad en Irak, ni fue el único precio  pagado en esta guerra irracional. La democracia en tanto paradigma político  también sufrió un golpe mortal.  Ahora más que  nunca, la relevancia de esta peculiar forma de “elegir”  a nuestros “representantes” y gobernarnos en  occidente, se pone en tela de dudas, y ciertamente no sólo por los conocidos vicios  de la democracia tales como el fraude  electoral; sino porque su imposición por medios coercitivos ha destruido la  esencia misma del viejo anhelo occidental: la democracia está herida de muerte.  Para el analista  y editorialista de la agencia de prensa árabe Marwan Bishara A Jazeeraname,  “imponer la  democracia en naciones soberanas en la región es sumamente peligroso”. (Al  Jazeera 18-III-2008). En su opinión los intereses en el petróleo iraquí no  justificaron el uso de la democracia como excusa para la guerra: la idea de la  democracia es “demasiado valiosa y vital como para ser usada de camuflaje  cínico" concluye Bishara. Y para el periodista británico Peter Osborn de Distpaches,  “no solamente no se logró exportar y afianzar  la democracia sino que Gran Bretaña importó el terrorismo a sus ciudades”, tal como  quedó demostrado en los atentados terroristas en Londres en Julio de 2005.  Gran Bretaña fue  arrastrada a la guerra en base a una mentira, o más precisamente, en a base a  un rosario de mentiras.  En una sociedad genuinamente  democrática se reconocen los errores y se procede a corregirlos. Sin embargo el  Ministerio de Defensa (MOD por sus siglas en inglés), parece haber caído en la  tentación de ofrecer más mentiras, según revela el Sindicato Nacional de Maestros que asegura que existe un plan del MOD  de introducir a las escuelas controversiales paquetes educativos sobre la  guerra.  Los materiales didácticos usados  en estos planes tergiversan, según los maestros sindicalizados, lo que  realmente sucedió en Irak.  Efectivamente,  la Unión  Nacional de Maestros que representa el mayor sindicato de maestros afirmó  que los planes del Ministro de Defensa constituyen un “ejercicio de propaganda”.  Entre los dudosos contenidos de los materiales educativos, “se omite toda  mención sobre los muertos civiles en la guerra”  (The  Independent 14-III-2008). Steve Sinnot, Secretario General del mencionado  sindicato aclaró que, al manifestar sus preocupaciones por la injerencia del  MOD en las escuelas, no pretende lanzar “un ataque contra los militares… sé que  han hecho trabajo valioso estableciendo la paz en algunos países”. Lo que se  busca es, agrega, el sindicalista, cuestionar “practicas que no podemos  condonar en nuestras escuelas”. Para el líder sindical, el desafió es,  cómo presentar “una visión justa y balanceada”  a los jóvenes en lugar de hacer propaganda y presentar una imagen “glamorosa de  la guerra”. 
 
 
 
                    
                      |  |  En las democracias establecidas, la injerencia de  cualquier Ministerio de Defensa en los planes educativos de cualquier nación,  es preocupante. Cuando esa injerencia es además para ocultar y omitir datos  históricos sobre la guerra, es vergonzosa. Nos llevaron a  la guerra prometiéndonos que compartiríamos las virtudes democráticas con  nuestros hermanos irakís y que éstas virtudes democráticas tendrían beneficios especialmente  para las mujeres musulmanas.  Lo que no nos  dijeron fue que, a pesar de las atrocidades cometidas durante el régimen de  Hussein, existía en Irak una estructura secular de relativa tolerancia cultural,  que en los días de Hussein las mujeres tenían la opción de decidir si usar o no  el hijab y tenían la opción de  convertirse en universitarias y aspirar a carreras profesionales. Ahora, las  mujeres que no usan el velo, son sujeto de una nueva hola de persecución y en  muchos casos son violadas y asesinadas por las milicias y fuerzas sectarias; esto,  en las tierras ocupadas por los defensores ecuménicos de la libertad. Antes de la  invasión del 2003, como en cualquier sociedad secular, la asistencia a la  escuela de las niñas era una práctica común. Ahora Irak invoca más a Afganistán  en época del Talibán que a un país ocupado por fuerzas provenientes de  occidente. En un estudio  realizado hace unos meses por Woman For Woman  Internacional se concluyó que 76.2% de las familias en el Irak de hoy no permiten  a sus hijas asistir a la escuela por temor a la violencia sectaria y temor a  represalias de las fracciones fundamentalistas que se radicalizaron desde la  invasión. Bush impenitente  en su discurso de aniversario  declara en  tono triunfante que, hace cinco años: “nuestras tropas descubrieron prisiones  infantiles, cámaras de tortura, y cuartos de violación donde las mujeres  iraquís eran violadas en frente de sus familias”.  Lo que no dice el  redentor del Washington es que ahora las mujeres ya no son violadas en los  “cuartos de violación” de Hussein, sino que son ultrajadas en las mismísimas calles  del país árabe ocupado por las mismas tropas norteamericanas que prometían  traer “civilización”. No menciona la  ola de secuestros de mujeres que son violadas y asesinadas y cuyos cuerpos son arrojados  en basureros públicos, tal como reportó el Jefe de la Policia de Basra, Jalil  Hannoon al Arab TV Channels: en  diciembre se registraron 40 mujeres violadas y asesinadas en un periodo de  cinco meses sólo en esa ciudad.  Bush tampoco  menciona las mujeres que se vieron orilladas a emigrar a los países vecinos como  Jordania sólo para acabar convertidas en prostitutas. Un millón y medio de  refugiados sólo en Siria han generado una de las mayores crisis humanitarias de  nuestro tiempo, dato que tampoco es mencionado por el Señor Bush, quién  concluye su discurso diciendo que “la batalla de Irak es noble, es necesaria y  es Justa”. Quizá es por esa  “nobleza” y esa “justicia”, que el Ministro del Exterior de Siria, Walid  Moallen expresó en una entrevista televisiva con el periodista de ITN John  Snow, que “no podemos descartar la ninguna posibilidad de una invasión” en  Siria.  Así el panorama  a cinco años de la invasión. |