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                | CHILANGO 
                  POR ADOPCION | 29/10/2006 |  
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                  “Aurora, quien además de darme la vida,me 
                      dio una máquina de escribir…. A ella
 le 
                      pueden echar la culpa de todo”.
  Por ELVIA ANDRADE BARAJAS --- 
                    Ia. Parte --- José 
                    Manuel Nava Sánchez nació en Pachuca, Hidalgo, 
                    de padres veracruzanos, el 9 de octubre de 1957. Vivió 
                    en Actopàn hasta los cuatro años y de ahí 
                    se vino al Distrito Federal, donde creció. Por ello, 
                    se define como “veracruzano de sangre, hidalguense por 
                    nacimiento y chilango por adopción”. Vivió 
                    dos años en Paris, de 1981 a 1982 y en Washington de 
                    1982 a 2003. En Paris estudio una maestría de periodismo 
                    que financiaba la entonces Comunidad Económica Europea, 
                    el gobierno francés y patrocinaba el periódico 
                    Excèlsior, donde trabajaba en la Mesa de Asuntos Especiales, 
                    tras ganar el Concurso de Oposición entre cinco periodistas 
                    mexicanos.  | 
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                    En 
                      París estuvo con 32 reporteros de 27 países. 
                      “Fue una experiencia muy formadora, porque fue la 
                      primera ocasión que vivía fuera de México. 
                      No hablaba bien el francés. Las exigencias de la 
                      escuela eran viajar mucho, entrevistar a varios funcionarios 
                      europeos, entender la situación de Europa”. 
 Los 23 años los cumplió en París, donde 
                      conoció reporteros de todo el mundo, “con los 
                      cuales aún tengo contacto en 27 países, especialmente 
                      con los de África del Sur, Suecia, Japón, 
                      Brasil, Argentina.
 Nava 
                    habla tres idiomas: inglés, francés y español. Relata 
                    que la decisión de estudiar periodismo la tomó 
                    desde muy pequeño. “A los seis años 
                    me atrajo mucho una máquina Olivetti enorme que guardaban 
                    en una funda gris, y cuando mi madre me veía que 
                    jugaba a escribir con ella en el piso, me la regaló.  Por 
                    ello, la dedicatoria del Vortex del Mal, es para ella y 
                    dice: “Aurora, quien además de darme la vida, 
                    me dio una máquina de escribir. Así es que 
                    a ella le pueden echar la culpa de todo”. Su 
                    padre murió cuando tenía nueve años. 
                    La figura de su madre se agrandó al surgir como las 
                    dos figuras, “porque ella de alguna manera nos crió 
                    a los seis hijos (Loreto, Silvia, Margarita, Sebastián, 
                    Guadalupe y José Manuel), de los cuales sólo 
                    Loreto y Sebastián viven en Hidalgo; Guadalupe está 
                    en Austria y ya se hizo austriaca. Yo pensé que después 
                    de tantos años de vivir en Washington me convertiría 
                    en gringo, pero el llamado fue más fuerte y poderoso, 
                    por eso regrese a México”. Al 
                    regresar de sus estudios en París, patrocinado por 
                    Excèlsior, en 1982, le dicen que va a recibir una 
                    comisión fuera. “Pensaba que iba a ser en París. 
                    Es más el jefe de Corresponsales Internacionales 
                    de aquél tiempo, Agustín Salmón, quien 
                    ya murió, me dijo que efectivamente era ese país, 
                    pero que esperara porque no podían correr de la noche 
                    a la mañana al que tenía esa plaza, pero pasaban 
                    los meses y nada. Me entró la desesperación; 
                    me entro el shock cultural. No me hallaba en México. “Tenía 
                    interés de conocer nuevos países, idiomas, 
                    gente. Cuando viviste en el extranjero y regresas a México 
                    te encuentras con la realidad que ya viviste, pero ya no 
                    la entiendes, porque vivir en el extranjero te cambia de 
                    forma radical y ves las cosas de otra forma”, relata.  “Por 
                    fin un día me manda llamar el que era director del 
                    periódico, Regino Dìaz Redondo, y me dijo: 
                    “Se va a Los Ángeles”, lo cual me confundió 
                    porque ese lugar esta lleno de mexicanos y considere que 
                    no aprendería nada nuevo ahí, pero su respuesta 
                    fue simple: “en estos momentos lo necesitamos allá, 
                    así que tome mi coche y me fui manejando hasta llegar 
                    a Los Ángeles, California”. |  
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                | 18/10/2006 | SCHERER, 
                  LO INVITO A EXCELSIOR  |  
                | 
                     * “Si no sirve, ¡Córralo!,Recomendó 
                        Regino a Iñigo
 Por 
                    ELVIA ANDRADE BARAJAS --- 
                    II Parte ---  Julio 
                    Scherer Garcìa fue su maestro de Entrevista en la 
                    Facultad de Ciencias Políticas y cuenta que “Un 
                    día, como a las dos de la tarde, me pidió 
                    que lo acompañara a su automóvil, que estaba 
                    en el estacionamiento de la facultad, y me dijo “mire, 
                    ¿cómo se llama?...José Manuel Nava, 
                    señor, le conteste. Como le decía, José 
                    Manuel, muchachos así como usted universitarios bien 
                    formados, necesitamos en el periódico. Venga a verme.” “No 
                    podía creer lo que escuchaba, así que le pregunte 
                    de inmediato: ¿cuándo lo puedo ver? … 
                    Cuando quiera, mi oficina siempre esta abierta, me dijo. 
                    Yo no podía creerlo. |  
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                    “Esa 
                      misma tarde, a las cinco, fui a verlo, pero me encontré 
                      a Julio Scherer totalmente diferente. Con los lentes a media 
                      nariz, muy cambiado de carácter. Su oficina efectivamente 
                      estaba abierta, pero me recibió con una voz seca 
                      y golpeada: “¿¡usted que quiere!?”…bueno 
                      maestro vine porque usted me dijo que necesitaban gente 
                      como yo bien formada, le conteste. “Su 
                    respuesta fue violenta. Extraña, y de un grito me 
                    respondió: “¡no me este quitando el tiempo, 
                    por favor!”. Salí desilusionado. Esto fue en 
                    junio de 1976, un mes antes de que fuera depuesto como director 
                    de Excèlsior. Sin embargo, en ese momento me pareció 
                    raro, loco, extraño, porque dos horas después 
                    de pedirme que fuera a verlo, me desconoce y me corre.  “Ya 
                    no regrese a verlo, pero al mes él cayó y 
                    entonces entendí su mal humor, quizá estaba 
                    agobiado por tantos problemas internos, por eso se me borró 
                    la mala impresión que tuve de él aquél 
                    día. Ahora, muchos años después, lo 
                    entiendo”. Un 
                    mes después de su entrevista con Scherer, fue depuesto 
                    por Regino Díaz Redondo, a quien le pidió 
                    trabajo en el otrora poderoso diario de Latinoamérica. 
                    “El me acepto, pero al enviarme con el jefe de Información, 
                    Alejandro Iñigo, quien ya murió, le dijo: 
                    “te mando a un muchacho ¿cómo se llama?, 
                    me preguntò... “José Manuel Nava”… 
                    Ah, un señor José Manuel Nava, si no sirve 
                    ¡córralo!...
 “Así empecé mi carrera en Excèlsior”, 
                    relata quien durante 22 años fue corresponsal del 
                    búho en Washington.
 
 Para el periodista José Manuel Nava haber sido corresponsal 
                    de Washington fue una experiencia muy enriquecedora. Formadora, 
                    ya que le tocó tratar con el aparato gubernamental 
                    más poderoso del universo y ser testigo de decisiones 
                    muy importantes e impresionantes.
 “Washington 
                    es una ciudad muy apacible en la que aparentemente no pasa 
                    nada, pero pasa todo”, dice al agregar que: “El 
                    centro nervioso del mundo, no sólo político, 
                    sino económico, está ahí, aunque digan 
                    que la capital financiera es Nueva York y la política 
                    es Estados Unidos, pero “yo creo que no es así, 
                    porque las decisiones de fondo se toman en Washington”. ¿Cuándo 
                    venías a México veías diferencia entre 
                    los periodistas mexicanos y los estadounidenses? -- 
                    “Si, definitivamente. No sólo en tecnología, 
                    que nos tardamos mucho tiempo en adoptar, especialmente 
                    el sistema frió, sobre todo en Excèlsior. 
                    Recuerdo que cuando el ex presidente José López 
                    Portillo se entrevistó en Tijuana con Ronald Reagan, 
                    los periodistas gringos ya traían sus laptops, las 
                    primeras que salieron y enviaban electrónicamente 
                    a una velocidad que en México se desconocía. 
                    Ellos organizaban tours a las salas de prensa de los mexicanos, 
                    porque aún usaban máquinas de escribir y telex, 
                    y para ellos eso era muy impresionante. Nos veían 
                    muy atrasados. |  
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                | REGRESE 
                  A MEXICO“EN UNA PIEZA”
 
 | 02/11/2006 |  
                | * 
                  “Sufrí la Crisis Igual que Todos, Pero 
                      yo Pagaba en Dólares”
  Por ELVIA ANDRADE BARAJAS  --- III Parte --- Era 
                    Diciembre del 2000. Los años de bonanza de Excèlsior 
                    terminaron. La crisis, su crisis, se agudizó y traspasó 
                    las fronteras de México, tanto que sus corresponsales 
                    internacionales fueron abandonados en tierras extranjeras. 
                    José Manuel Nava en Washington y Jaime Hernández 
                    en Madrid. El resto renunció. ¿ 
                    Por eso regresaste a México? -- 
                    “Si, entre otros motivos. El primero fue la crisis política 
                    y económica del periodico, ya que en el invierno del 
                    2000 Excèlsior dejo de pagar los gastos de Washington. 
                    ¡Todo!, mi sueldo, la renta de la oficina, teléfono, 
                    luz. ¡Todo!. |  
                | 
                    -- 
                      “El 2001 viví un estado de negación 
                      total. Empezaron a faltar los gastos. Se olvidaron de mí, 
                      al igual que de otro corresponsal sobreviviente: el de Madrid, 
                      Jaime Hernández. También a él lo abandonaron 
                      y fue terrible, porque no es lo mismo que te quedes sin 
                      dinero en otro país, que en el tuyo, donde puedes 
                      recurrir a tus familiares. -- 
                    “Gracias a Dios tuve muchos amigos que me ayudaron. 
                    Los meses pasaban y no llegaba el dinero. Era angustioso. 
                    Viví lo mismo que todos los ex compañeros 
                    de Excèlsior, pero más angustioso, porque 
                    estaba sólo y me cobraban en dólares, además 
                    de tener la responsabilidad personal de las deudas del periódico, 
                    tanto de luz, gas, Intenet, teléfono, agua, luz, 
                    renta, todo. Se acumulo una deuda de casi 200 mil dólares, 
                    que jamás pagó Excèlsior. Los pague 
                    yo, porque todo estaba a mi nombre. Yo firmaba. -- 
                    “Viví 2001 en ese estado de Negación, 
                    hasta que ocurrieron los atentados de Las Torres de Washington 
                    y en ese momento me cayo el veinte, y me dije: esto no puede 
                    seguir a la deriva. Consumía mis ahorros para pagar 
                    mi casa, mis gastos personales. Los ahorros caían 
                    vertiginosamente y me preocupaba mucho lo que iba a pasar. 
                    No me respondían las llamadas en el periódico. 
                    No podía hablar con ninguno de los funcionarios de 
                    Excèlsior, nunca estaban. “Están en 
                    junta”, me decían. 
 “SOY UN FIRME CREYENTE DEL DESTINO”
 
 ---“Por eso decido regresar a México a finales 
                    de 2001. Me entrevisto con los nuevos directivos del periódico 
                    que eran Armando Sepúlveda, director; y Jaime Contreras, 
                    presidente del Consejo. Les comento la situación 
                    vivida. Me prometen que en un mes se normalizarían 
                    los pagos, por lo que me piden regrese a Washington y siga 
                    trabajando, pero el dinero nunca llegó. No enviaron 
                    un sólo centavo.
 --“Ya 
                    no podía regresar a reclamar, porque cada viaje me 
                    costaba más de mil dólares y ese dinero lo 
                    ocupaba para pagar la hipoteca de la casa y los gastos personales, 
                    por lo que decido vender la casa. Se vende. En ese momento 
                    el director de Reuters América, que su esposa es 
                    muy amiga mía, me ofrece un excelente trabajo, muy 
                    distinto a lo que había hecho, pero esa fue mi salvación, 
                    ya que era un empleo muy bien pagado, pero era muy técnico 
                    y creativo.  Asì, 
                    Josè Manuel Nava fue jefe de información de 
                    los 34 corresponsales Latinoamericanos de Reuters. Producía 
                    un noticiero de TV diario mundial, muy interesante, muy 
                    bien pagado, pero como freelance. Confiesa 
                    que “eso me hacia sentir como no parte de la empresa, 
                    no me sentía comprometido con ella, pero con lo que 
                    gane pude pagar las deudas de Excèlsior y empecé 
                    a pensar que se cerraba un ciclo muy largo de 21 años 
                    en Washington y se me metió el gusano de regresar 
                    a casa, con mi gente a mi país, sentirme ciudadano 
                    de primera, en lugar de segunda, ya que no podía 
                    votar y eso me empezó a atraer a México, aunque 
                    Reuters no me dejaba ir, pero les expuse que mi decisión 
                    estaba tomada. Me ofrecieron trabajo en Reuters México, 
                    lo cual me pareció sensacional, porque dije ya me 
                    voy a mí país, y llego con trabajo”. Tras 
                    decir esto, da un largo suspiro y agrega: “Pero, 
                    mira las cosas están ya escritas y no hay forma ni 
                    manera de cambiarlas. Soy un firme creyente del destino 
                    y pienso que por más que le hagas no puedes cambiarlo. 
                    Ese día llegue a la primer entrevista en Reuters 
                    de México.  Me 
                    ofrecen ser editor para México Central con un sueldo 
                    en dólares muy atractivo, con muchas horas de trabajo, 
                    pero con oportunidades de crear, lo cual me gusto. Voy de 
                    regreso a Washington muy entusiasmado. Le dije al director 
                    de Reuters América que encantado de la vida. En Reuters 
                    aprendí mucho. Les estoy muy agradecido por su apoyo. 
                    Trabaje ahí un año”. Nava llegó a México regresò el 28 de 
                    noviembre, Día de Acción de Gracias, y explica:
 “Escogí esa fecha para regresar a mi país, 
                    porque para mi es muy significativo y me gusta más, 
                    incluso que Navidad. Tenía mucho que agradecer: regresar 
                    sano y salvo. En una pieza, después de haber pasado 
                    lo que pase”, dice con un gesto muy reflexivo.
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                | “PARECE 
                  QUE VAS PARA LA GRANDE”: LE DIJO DE ANDA
 | 06/11/2006 |  
                |  * Sin proponérselo, Sepúlveda lo Llevo 
                  a la Dirección de Excèlsior
 Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
 --- 
                    IV PARTE --- Era 
                    enero de 2003, cuando el destino empezó a tejer una 
                    serie de hechos que llevaron a José Manuel Nava a la 
                    dirección de Excèlsior en sus momentos de crisis, 
                    que lo obligan a entrevistarse con Armando Sepúlveda, 
                    entonces director del rotativo, a quien “le dije que 
                    estaba en México y que en qué le podía 
                    servir. “¡En lo que quieras!”, me respondió. |  
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                    Como 
                      muchos periodistas de México y del mundo, Sepúlveda 
                      estaba alarmado por el nivel que tenía el diario 
                      y por eso me atreví a decirle: “Aquí 
                      necesitas una persona, que por lo menos sepa leer y escribir”. 
                      El comentario no le gusto, obviamente. “Le 
                    ofrecí corregir la primera plana. Acepto y me dijo 
                    que empezara al día siguiente. A las seis de la tarde 
                    llegue, y ahí espere varias horas. Fueron los famosos 
                    “cocolones” quienes me dijeron que no tenían 
                    ninguna orden al respecto y que además ni me conocían; 
                    por ello no podía meterme en las decisiones de la 
                    primera plana y mucho menos cambiarla.  “Al 
                    otro día, agrega Nava, le comente a Armando lo sucedido 
                    y me dijo que después pasaba el memoramdum. Hice 
                    el intento una semana. Nunca se me permitió el acceso 
                    a la primera plana, y me pregunte ¿ahora que hago?...y 
                    se me ocurre escribir el Vortex del Mal, al encontrar una 
                    serie de apuntes inéditos en mis libretas, sobre 
                    la llegada de George Bush al poder, el grupo que lo apoyo, 
                    la planeaciòn que venía desde 1997. “Esa 
                    serie de apuntes que se quedaron en mis libretas viejas, 
                    que como ya sabes los periodistas nunca tiramos, fueron 
                    la base para que propusiera a Armando hacer una columna 
                    que no fuera de política nacional, sino internacional, 
                    sobre las relaciones México- Estados Unidos y Estados 
                    Unidos en particular.  Armando 
                    Sepúlveda aprobó la idea de Nava, quien le 
                    propuso que la columna se llamara el Vortex del Mal. Se 
                    publicaba muy bien todos los días en primera plana 
                    de Excèlsior, hasta que en una ocasión el 
                    dueño de Edamex, Octavio Colmenares, lo contacto 
                    para felicitarlo por lo que escribía y plantearle 
                    que le interesaba editar un libro sobre el tema, por lo 
                    que lo en su oficina.  Nava 
                    recuerda que “Platicamos y acordamos que publicaría 
                    el libro, me dio una carta en la que se comprometía 
                    a editarlo e inocentemente salí corriendo al periódico 
                    a ver a Armando Sepúlveda para platicarle lo sucedido. 
                    Lo cual consideraba muy bueno para mí, pero también 
                    para Excèlsior y para él, porque fue quien 
                    aprobó su publicación, “pero su reacción 
                    fue como de hielo. Me felicito, pero jamás volvió 
                    a publicar una línea del Vortex del Mal, a partir 
                    de ese día, desapareció mi columna. Murió. 
                    Quizá tuvo miedo. No entiendo por qué, él 
                    es un excelente periodista. En 1996 fue Premio Nacional 
                    de Periodismo” “Pero, 
                    curiosamente esa decisión le costo la dirección 
                    del periódico, ya que no sólo me dejó 
                    de publicar la columna, sino que me sacó de la nómina, 
                    algo que él no podía hacer, porque yo era 
                    socio de la cooperativa.  “Fue 
                    así, relata, como me empiezo a movilizar en la grilla 
                    interna del periodico, y el 15 de septiembre del 2003 suena 
                    mi celular, cuando iba a la fiesta del cumpleaños 
                    de mi madre.  “Era 
                    Javier de Anda y me dice que al presidente del Consejo de 
                    Administración le urgía hablar conmigo, pero 
                    le explique que en ese momento tenía que estar en 
                    el festejo de mi madre, pero que si querían podía 
                    ir cuando me desocupara. Habló con alguien y me dijo 
                    que me esperaban, tras comentar “parece que vas para 
                    la grande”.  “Al 
                    llegar estaban todos los consejeros y el presidente del 
                    Consejo de Administración, Salvador Legorreta, y 
                    me dice: “mire, las relaciones con el director son 
                    muy malas. Tenemos muchas sospechas, no podemos probarlo, 
                    de que entra mucho dinero a la dirección. Lo único 
                    que podemos ver es que cuando tenemos necesidades muy extremas, 
                    por magia aparecen por ahí 800 ò 900 mil pesos, 
                    por lo que no le tenemos confianza, por eso queremos que 
                    sea el nuevo director de Excèlsior. A mi me cayo 
                    de sorpresa y lo primero que les pregunte ¿cómo 
                    sería la sucesión? “A 
                    lo que me respondieron: Sepúlveda no es director 
                    general, fue nombrado por el consejo de administración 
                    de Rafael de la Huerta, por lo que como Consejo de Administración 
                    podemos sustituirlo y nombrarlo a usted. Mi primera reacción 
                    fue pedirles tiempo para pensarlo. A los dos días 
                    acepte.  “Reflexione 
                    que no tenía compromisos externos ni internos. Pensé: 
                    vengo de fuera, no estoy contaminado y tengo la posición 
                    ideal para acercar a las partes en conflicto a muerte. Por 
                    eso me intereso el reto, que culmino el 20 de febrero de 
                    2004, tras un proceso muy torpe del Consejo de Administración, 
                    porque los rumores en Excèlsior corrían, no 
                    se ahora, instantáneamente y alertaron al director, 
                    quien se apertrechó con sus alianzas. Fue muy difícil”. |  
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                | TRAICION 
                  INTERNA, GRAN CAPITALY COMPLICIDAD DE FOX ACABARON
 CON EXCELSIOR: NAVA
 
 | 07/11/2006 |  
                |  * “A menudo me sentía como en un gran manìcomio. Rodeado 
                  de locos, a cual mas, pero no podía evitar
 el 
                  inquietante escalofrío de que yo debería ser 
                  el más
 loco 
                  de todos, pues yo era el director general”…
  Por ELVIA ANDRADE BARAJAS --- 
                    V Parte --- |  
                | 
                    El 
                      20 de febrero de 2004, José Manuel Nava asume la 
                      dirección de Excèlsior. Confiesa: “Pensaba 
                      que el periodico estaba en malas condiciones, pero nunca 
                      imagine la profundidad de la crisis, el grado de descomposición 
                      interna, de confrontación de grupos que se odiaban 
                      a muerte, y que terminaron siendo odios irreconciliables, 
                      pero quizá en muchos casos el panorama pudo cambiar, 
                      ya que como dice el refrán “muerto el perro, 
                      se acabó la rabia”. Pero la muerte del perro, 
                      bueno no fue el perro, sino el búho fue muy traumática, 
                      dolorosa. Cruel. Gratuita”. Al 
                    referirse al libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, cuya presentaciòn 
                    oficial fue el pasado 6 de noviembre en el Orfeo Català, 
                    con los comentarios de Eduardo Luis Feher, Teodoro Renterìa 
                    y Mario Ruiz de Chavez, Nava cita que la portada del mismo 
                    es muy simbólica de cómo muere Excèlsior 
                    víctima de aves de rapiña “que durante 
                    mucho tiempo nos asecharon e impidieron levantarnos, pero 
                    que al final de cuentas lograron su objetivo: matar a la 
                    última cooperativa periodística de México 
                    en contubernio con el gobierno y por supuesto ayudados por 
                    los traidores internos, que vieron más por su beneficio 
                    personal que por sus compañeros de trabajo y la propia 
                    cooperativa periodística tan grande que fue Excèlsior”. ¿Cuándo 
                    fuiste director de Excèlsior, en algún momento 
                    quisiste “tirar las toalla”?  -- 
                    “No fíjate que no. Sólo una ocasión, 
                    casi al final. Pero lo que sentí se resume en un 
                    epígrafe que viene al principio del Capítulo 
                    “GANSTER DE MEDIA NOCHE”, que dice: “A 
                    menudo me sentía como en un gran manìcomio. 
                    Rodeado de locos, al cual mas, pero no podía evitar 
                    el inquietante escalofrío de que yo debería 
                    ser el más loco de todos, pues yo era el director 
                    general”… ¡Si, 
                    eso era cierto!...a veces me sentía como un loco, 
                    ¡el peor de todos!, por eso siempre seguía 
                    adelante. Nunca pensé “tirar la toalla”, 
                    al contrario luchaba por lograr lo que consideraba fundamental, 
                    para lograr los acuerdos de fondo con el gobierno, el Seguro 
                    Social y Hacienda. “Pero”… 
                    dice pausadamente, con mirada acusadora… ¿Ya 
                    estaba todo cocinado? “Sí, 
                    ya estaba cocinado. Eso lo entendemos hoy, porque en esos 
                    días no hubiéramos creído que existieran 
                    intereses tan malévolos, tan bajos, como para sopilotearnos 
                    y planear con todas las agravantes la muerte del periódico, 
                    para quedarse con él, tragárselo, y como digo 
                    en el libro tragarse con él, el fabuloso negocio 
                    inmobiliario en el que paradójicamente estaba parada 
                    una cooperativa quebrada, el cual nos hubiera salvado, pero 
                    no pudimos porque era una serie de conflictos internos y 
                    traiciones. Bueno tú las viviste, sabes de lo que 
                    hablo.  “Siempre 
                    actué de buena fe, pero en el caso de Excèlsior 
                    peque de inocente, porque pensé que los interlocutores 
                    del gobierno actuaban de buena fe, y no. Su actuación 
                    fue premeditadamente cruel. Se nos permitía vivir 
                    la agonía, pero no más. No se nos permitía 
                    salir de ahí, porque el gobierno no querría 
                    ser culpado, como lo culpo en este libro de haber participado 
                    en la muerte del búho, que no fuera Hacienda quien 
                    diera el último hachazo, sino que fuéramos 
                    muriendo por nuestros conflictos internos. Como ocurrió, 
                    azuzados por el gran capital y con la complicidad del Presidente 
                    Vicente Fox. “No 
                    logro comprender como el gigantesco problema fiscal que 
                    tenía Excèlsior, se solucionó en dos 
                    semanas. Eso no se puede sin la “bendición 
                    divina”, que es la del Presidente de la República, 
                    y como lo vimos, jamás nos visitó a nosotros 
                    siendo empresa de interés social, pero inmediatamente 
                    lo hizo cuando ya era del grupo empresarial Angeles, el 
                    18 de marzo pasado”. Se 
                      dice que Marta Sahagùn, la Primera Dama, compró 
                      Excèlsior ¿fue así? -- 
                    “Sí, se rumora mucho. Yo no puedo sustentarlo, 
                    pero la misma actuación te dice mucho. El interés 
                    por resolver la maraña de problemas que tenía 
                    el periódico, no se puede sin la intervención 
                    del Presidente, su esposa o el vicepresidente, Ramón 
                    Muñoz. La visita de Fox fue muy sintomática 
                    de que iba a ver qué había comprado, pero eso 
                    son suposiciones. No se puede sustanciar. Pero, lo que sí 
                    se puede sustentar es que esos tres factores: la traición 
                    interna, el gran capital y la complicidad abierta del Presidente 
                    Vicente Fox terminaron con la última cooperativa periodística 
                    de México. |  
                |  |  
                | 
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                | 12/11/2006 | EXCELSIOR, 
                  LA COPIA DE LA COPIA |  
                |    * 
                      Imita a Reforma y El Universal* Dejo de ser un Referente Serio
 * Su Contenido, Propio de Ja Ja
 Por 
                    ELVIA ANDRADE BARAJAS --- 
                    VI Parte --- ¿ 
                    Y, ahora cómo ves a Excèlsior?, se le pregunta 
                    a José Manuel Nava, último director general 
                    de esa cooperativa, comprada por el millonario Olegario Vázquez Raña, de quien se rumora insistentemente es prestanombre 
                    de Marta Sahagùn de Fox, en la adquisición de 
                    esa empresa periodística. |  
                | 
                    -- 
                      “Mira, me torturan enviándomelo gratis a diario. 
                      Ya no lo veo, la verdad. No tiene caso, es un periódico 
                      más, intrascendente, frívolo. Cuando ves ocupando 
                      a cinco columnas una foto de una actriz colombiana o que 
                      el cintillo de primera plana se destine a una nota que diga 
                      que a los hombres de Holanda les preocupa ser altos, te 
                      das cuenta que son notas propias de “Ja Ja”, 
                      pero ellos tienen un proyecto muy distinto al que distinguiò 
                      y dio prestigio internacional a Excèlsior.
 --“El periodismo que se hace ahora en ese diario es 
                      muy Light. Eso antes no se aceptaba, ya que por décadas 
                      se caracterizo por ser un periódico profundo. No 
                      se leía. Se estudiaba. Ahora es un burdo clon, mal 
                      hecho, ya que copiaron hasta las comillas de otros diarios 
                      de circulación nacional, lo que es verdaderamente 
                      vergonzoso, ya que lo hacen de forma abierta y descarada, 
                      pero lo peor es que con tanto dinero pudieron contratar 
                      realmente talento y no echar a perder su proyecto imitando 
                      a la competencia (Reforma y El Universal).
 ¿Crees 
                    que así, Excèlsior se reposicionará 
                    como uno de los mejores en el mundo? “Lo 
                    dudo mucho. Excèlsior hubiera podido reposicionarse 
                    como el mejor de México, e incluso como el referente 
                    obligado a nivel internacional del periodismo latinomaricano, 
                    pero siendo un periódico como lo fue: de contenido, 
                    no el Light, que es ahora, que si pegó mucho con 
                    Reforma, tanto que lo copió El Universal, pero ahora 
                    tenemos la copia de la copia. Bueno, ellos tienen su proyecto. 
                    Yo se les deseo el mejor de los éxitos, que bien 
                    que tienen mucho dinero, pero no creo que tengan la preferencia 
                    del lector mexicano, que se esta yendo por otros lados, 
                    pero como tienen capital para resistir, ojala tengan la 
                    visión de regresarlo a sus cauces originales, no 
                    por algo el periódico duró 90 años 
                    gloriosos, fundamentalmente los últimos cinco años, 
                    en los que dio muestras de una lucha heroica que marco su 
                    período más gloriosos. ---“No 
                    fueron, y lo digo en el libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL 
                    aquéllos 60-70 en los que el periódico sobrevivió 
                    gracias a dádivas gubernamentales para sortear un 
                    boicot en la iniciativa privada. Pues mira, recibir dinero 
                    del gobierno, no es un ejemplo de libertad de expresión, 
                    sino por el contrario y los últimos años que 
                    libramos en Excèlsior sí lo hicimos sin ayuda, 
                    por el contrario con un gobierno abiertamente hostil que 
                    nos trató como si fuéramos parte de un consorcio 
                    empresarial importantísimo y nunca nos reconoció 
                    nuestra característica de empresa social, que no 
                    tenía más que deudas y conflictos y siempre 
                    encontramos la supuesta disposición del Presidente 
                    Fox, pero nunca se resolvía nada, al contrario. CRUELDAD 
                    INNECESARIA --“Pero 
                    ahora México tiene la respuesta. Ahora sabemos por 
                    qué el IMSS fue lanzado como punta de lanza para 
                    agravar el conflicto interno del periódico, porque 
                    cada vez que dejaba de firmarnos cheques, dentro de Excèlsior 
                    temblaba, porque no había dinero y las amenazas de 
                    no salir eran recurrentes, porque el IMSS nos tenía 
                    a punto de no salir, porque el Seguro Social nos tenía 
                    agarrados del cuello y no nos dejaba hasta el último 
                    momento. Cuando tenían al pollo a punto de morir, 
                    nos soltaban. Era cruel, pero era parte de los buitres, 
                    porque ellos sabían que Excèlsior iba a morir. --“Cayó 
                    el 13 de diciembre, ya estaba “cocinado” las 
                    negociaciones con el grupo empresarial que lo compró, 
                    pero yo me oponía porque se compraba el periódico 
                    con lo que nos debía a nosotros y después 
                    fue mucho menos que eso, porque no era posible que se comprara 
                    una institución del calibre de Excèlsior con 
                    pasivos laborales, sin ningún beneficio para los 
                    trabajadores. ¿Qué 
                    opinas del maltrato a los trabajadores? --“Fue 
                    terrible. La humillación a los trabajadores fue espantosa 
                    y gratuita. A mi se me mantuvo al margen. Eso debo agradecérselo 
                    al señor Olegario Vázquez Raña, que 
                    no me mezcló en ese maltrato, que jamás hubiera 
                    permitido, como lo hicieron los que abrieron las puertas 
                    al grupo empresarial. Ahora todavía me duelen casos 
                    como el de Manuel Magaña, a quien casi le provocan 
                    un infarto al negarle inhumanamente el acceso a su casa 
                    de trabajo por más de 50 años.  --“Nunca 
                    hubiera permitido la humillación de que fueron objeto 
                    varios compañeros, entre ellos Mónica Martín, 
                    Rafael Medina, Manuel Magaña, tú y muchos 
                    otros, a quienes policías que no tenían idea 
                    de lo que represaba para nosotros Excèlsior, fueran 
                    los encargados de echarlos a la calle sin dejarles el acceso 
                    a tomar cosas personales. Eso no lo hubiera permitido. Me 
                    hubiera ido con todos ustedes indiscutiblemente. Me hubiera 
                    opuesto al cambio de formato del periodico, así que 
                    definitivo no habría sobrevivido la transición 
                    al nuevo producto. ¿Tienes 
                    miedo a las consecuencias que pudiera tener tu libro? --“No, 
                    ya estoy escribiendo. Me dieron una recepción muy 
                    cálida en la OEM: Soy el único editorialista 
                    que escribe todos los días de la semana, pero aprovecho 
                    esta oportunidad, para aclarar que nada tiene que ver mi 
                    entrada a la OEM con la edición del libro, como tu 
                    lo sabes desde que salí de Excèlsior, el 13 
                    de diciembre de 2005, empecé a escribirlo. Hemos 
                    tenido algunos escollos, que atrasaron la edición 
                    del libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, nada tiene que ver 
                    con mi entrada a la OEM, ni con el señor Mario Vázquez 
                    Raña, quien obviamente esta enterado de la edición, 
                    pero como un periodista profesionista y ético me 
                    ha dejado en plena libertad de hacerlo.  Este 
                    proyecto nació no por ardor, sino porque pensé 
                    que era importante dejar un testimonio personal de lo que 
                    fueron los últimos años de Excèlsior. 
                    Su muerte a manos del capital privado e insisto de la complicidad 
                    del gobierno federal y de personas al interior del periódico 
                    que se beneficiaron con la compra del periódico, 
                    que siguen adentro muy contentos. |  
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                | EXCÉLSIOREL ASALTO FINAL
 | 14/11/2006 |  
                |  Por ELVIA ANDRADE BARAJAS  --- VII Parte ---  Tras lo vivido, José Manuel Nava decidió 
                    dejar un testimonio de lo ocurrido de lo que fuera la cooperativa 
                    periodística más importante de México 
                    y el pasado lunes 6 de noviembre de 2006, presentó 
                    en el Orfeó Catalá de México su libro 
                    “EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL”, que fue analizado 
                    y comentado por Eduardo Luis Feher, Gustavo Rentería 
                    y el diputado priìsta Mario Ruiz de Chávez.  En su presentación, Nava dijo textualmente:  A primera vista, este trabajo parecería que solo es 
                      de interés para un pequeño segmento de la sociedad. 
                      Para un gremio profesional o incluso solo para quienes laboramos 
                      en lo que fue la Cooperativa Excélsior. Sin embargo, 
                      este es un tema que nos interesa a todos los mexicanos. |  
                | 
                    El 
                      trabajo es en realidad varias cosas. En primer lugar es 
                      un testimonio personal de lo que viví como el último 
                      director general a lo largo de los últimos anos de 
                      la última cooperativa periodística que fue 
                      Excélsior, Compañía Editorial, Sociedad 
                      Cooperativa de Responsabilidad Limitada. Es un testimonio 
                      sobre mi retorno a México luego de 21 años 
                      de servir como Corresponsal del propio Excélsior 
                      en la capital de Estados Unidos, del estado de la Cooperativa 
                      en esos tiempos y de cómo llego a la dirección 
                      y posteriormente a la dirección general de lo que 
                      fue un gran periódico.Narro también lo que para mí fue la época 
                      más gloriosa de la cooperativa, cuando sin apoyo 
                      de nadie, literalmente solos, los casi 1400 socios y trabajadores 
                      eventuales logramos mantener a flote, sin que Excélsior 
                      dejara de salir un solo día a pesar de que la agonía 
                      y la muerte nos acechaban literalmente todos los días. 
                      Fue realmente el esfuerzo heroico de los socios y de los 
                      trabajadores no socios lo que le permitió a Excélsior 
                      sobrevivir todo ese tiempo en condiciones realmente muy 
                      duras.
 El trabajo es, también, una denuncia. En él 
                      figura prominentemente un epígrafe que dice “Tres 
                      factores invencibles se confabularon en el asalto final 
                      contra Excélsior: la traición interna, el 
                      gran capital y la complicidad del gobierno”. La traición 
                      interna, por supuesto, no fue contra un individuo en lo 
                      personal, en este caso su servidor; no, la traición 
                      interna de un pequeño grupo que buscó y logró 
                      beneficiarse personalmente de la entrega de la cooperativa 
                      al capital privado fue en contra de la institución 
                      misma y en contra de 1,400 trabajadores cuyo único 
                      patrimonio era precisamente la Cooperativa.
 Pero lo que me pareció particularmente grave fue 
                      el contubernio del gobierno del Presidente Vicente Fox en 
                      actuar cuando menos como facilitador de este despojo en 
                      contra de los trabajadores del auténtico Excélsior. 
                      En un principio, por ingenuidad, por inexperiencia y porque 
                      venia yo de un entorno político y económico 
                      en Washington en donde las cosas no son de ninguna manera 
                      limpias, pero se hacen de otra manera, no me percaté, 
                      no me di cuenta de la poderosísima confabulación 
                      de intereses que conspiraba para engullirse a Excélsior 
                      y, con él, el fabuloso imperio inmobiliario en que 
                      se paradójicamente se aposentaba una cooperativa 
                      quebrada y hostigada por un gobierno no solo insensible, 
                      sino abiertamente hostil a una empresa de carácter 
                      social, como lo era la nuestra y determinado a transferirle 
                      la propiedad de la empresa a amigos cercanos.
 Esta, por supuesto, no es la primera ocasión en que 
                      el gobierno federal es cómplice activo en la transferencia 
                      de empresas, enormes en algunos casos, al capital privado. 
                      Ha sucedido muchas veces. Pero ¿debemos de dejar 
                      de escandalizarnos porque ello continúa sucediendo? 
                      ¿Por qué sucedió nuevamente en el presunto 
                      gobierno del cambio? No, por supuesto que no debemos de 
                      dejar de sentirnos agraviados, particularmente en el caso 
                      de un gobierno que llegó prometiendo cambiar todo, 
                      pero para que a final de cuentas todo siguiera igual…o 
                      peor…
 No se trata, por supuesto, de denostar a la empresa privada. 
                      Por el contrario. ¿Qué sería de este 
                      país sin la iniciativa privada y qué bueno 
                      que haya hombres, mujeres, conglomerados que arriesgan todo 
                      por el ideal de una empresa. Lo que considero condenable 
                      son los oscuros contubernios para, desde el gobierno, favorecer 
                      a amigos de presidentes y altísimos funcionarios.
 La hostilidad del gobierno, impulsada por supuesto por intereses 
                      económicos muy poderosos que tenían desde 
                      hacía bastante tiempo los ojos puestos sobre El Búho 
                      era evidente de muchas maneras. Confieso que en un principio, 
                      aunque lo sospechaba, no podía aceptar la idea de 
                      que existieran intereses tan perversos que deliberada y 
                      consistentemente conspiraran para destruir a una empresa 
                      de carácter social, particularmente una empresa como 
                      Excélsior, cuyos socios y trabajadores se habían 
                      batido muchos literalmente hasta la muerte por preservar 
                      su patrimonio.
 Hasta su deceso, los últimos años de historia 
                      del clásico Excélsior desafían los 
                      límites de la comprensión y de lo humanamente 
                      tolerable. Fueron años de hambre, de desesperación 
                      indescriptible. Muchas vidas perdidas, familias disueltas, 
                      patrimonios perdidos irremediablemente. Fueron años 
                      de sacrificio, repito, heroico de muchos de sus trabajadores 
                      para continuar haciendo periodismo del bueno, y haciéndolo 
                      sin recursos económicos, pero eso sí, con 
                      gran talento de los muchos, muchísimos socios que 
                      le fueron leales a la cooperativa hasta sus últimos 
                      momentos.
 Una vez consumada a venta, se desató algo que yo 
                      llamo en el libro una campaña de limpieza étnica, 
                      por designarlo de alguna manera, en contra de los trabajadores 
                      del Excélsior clásico que habían sido 
                      recontratados. Todos, prácticamente todos sin excepción, 
                      fueron humillados, premeditadamente aislados e ignorados, 
                      vergonzosamente corridos de la que había sido su 
                      casa durante toda una vida. Un simle policía en la 
                      puerta les arrancaba los gafetes y les informaba que a partir 
                      de ese momento ya no trabajaban ahí y no podían 
                      ingresar a las instalaciones.
 Humillación gratuita, vejación innecesaria 
                      en contra de quienes, el última instancia, trabajaron, 
                      y lo vuelo a recalcar, heroicamente para entregar una institución 
                      viva y trabajando tan solo para ser echados a la calle sin 
                      ningún respeto a su dignidad y a su calidad profesional.
 Los nuevos dueños veían a los trabajadores 
                      del Excélsior clásico como simples mulas de 
                      carga para hacer el trabajo rudo de la transición 
                      de un gran periódico a uno más del montón; 
                      los trabajadores del Excélsior clásico eran 
                      vistos como piezas desechables en la conquista del Búho. 
                      Un comportamiento realmente indigno de cualquier grupo empresarial 
                      serio y respetable como el que se supone adquirió 
                      Excélsior.
 Lo mismo sucedió con decenas de colaboradores que 
                      contribuían, también sin pago, a la pluralidad 
                      que distinguía a Excélsior del resto de los 
                      diarios nacionales. Aquí están algunos de 
                      los más distinguidos, el propio Mario Ruiz de Chávez, 
                      Eduardo Luis Feher, Teodoro Rentaría Arróyave, 
                      aquí representado muy dignamente por su hijo Gustavo; 
                      por allá veo a Simón Levy-Dabbah, Guillermo 
                      Farber, el doctor Bernardo Tanur, en fin, toda una gama 
                      de plumas que enriqueció a Excélsior durante 
                      sus años más aciagos. Estoy seguro que omito 
                      a muchos, pero no por que no sean del mismo calibre.
 Todos ellos, y muchos más, trabajaron desinteresadamente 
                      durante años por la pluralidad y grandeza de Excélsior 
                      para al final, recibir una patada, ni siquiera una nota 
                      de agradecimiento de los nuevos dueños de la empresa. 
                      Si de algo sirve, si de algo vale, les transmito a todos 
                      ustedes, a todos ellos, mi agradecimiento personal y, estoy 
                      seguro, el de los miles de lectores que a diario los leían 
                      en nuestras páginas de pluralidad y profesionalismo”.
 A pesar de las grandes carencias, logramos nuevamente hacer 
                      periodismo de gran impacto. Para muestra un botón. 
                      Logramos echar para atrás una ley ya autorizada por 
                      el Congreso y que habría gravado las prestaciones 
                      de todos los trabajadores de México a partir del 
                      primero de enero pasado. Si Excélsior no hubiera 
                      hecho esa denuncia y seguido tenazmente el caso, todos nosotros 
                      seríamos un poco más pobres para beneficio 
                      de un gobierno gastador. O el logro de haber detenido las 
                      obras de deformación del Paseo de la Reforma. También 
                      gracias al asiduo seguimiento que dio el Excélsior 
                      clásico a la deformación de la principal avenida 
                      de México se logró la intervención 
                      del Instituto Nacional de Antropología e Historia 
                      y detener en Insurgentes ese espantoso espinazo del diablo 
                    que marca ahora a la avenida entre Lieja e Insurgentes.
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                | 16/11/2006 | ASESINAN 
                  A NAVA |  
                |   México, 
                  16 Nov (Notimex).- El ex director del periódico Excélsior, 
                  José Manuel Nava, fue asesinado a puñaladas 
                  en su departamento de la calle de Varsovia, en la colonia 
                  Juárez. La 
                      Secretaría de Seguridad Pública del Distrito 
                      Federal (SSPDF) informó que el cadáver del periodista, 
                      que presenta más de 30 puñaladas en el pecho 
                      y cuello, fue descubierto por la trabajadora doméstica 
                      al interior del inmueble marcado en el número 3 de 
                      la calle Varsovia, interior 201. Nava 
                    Sánchez se separó del rotativo cuando fue adquirido 
                    por el grupo encabezado por Olegario Vázquez Raña 
                    e incluso habría escrito un libro sobre el cambio de 
                    administración.  El 
                    cuerpo fue trasladado a la Agencia del Ministerio Público 
                    en Cuauhtémoc, donde se iniciará la averiguación 
                    previa correspondiente. |  
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                    Así, 
                      con una breve nota en Notimex se informó del crimen 
                      de Nava, quien además de ser editorialista de la 
                      Organización Editorial Mexicana (OEM) era editorialista 
                      de este portal, y el pasado 6 de noviembre de 2006 hizo 
                      la presentación oficial de su libro EXCELSIOR, EL 
                      ASALTO FINAL, en el que denunció una serie de atropellos 
                      cometidos contra los ex cooperativas de ese rotativo. Nunca 
                    como hoy es difícil dar una noticia tan triste. Las 
                    lágrimas empañan la mirada. Duele profundamente 
                    despedir así a un gran amigo, a un excelente periodista 
                    que no merecía la muerte que le dieron. A 
                    estas horas, entre las 15 y 16 horas pasaba su editorial 
                    y a través del Messenger confirmaba que hubiera llegado 
                    bien. La última vez que platicamos fue el martes 
                    y me comentó que quería que publicáramos 
                    el texto integro de su libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, 
                    pero le dije que iba a ser muy pesado para el portal, a 
                    lo que me respondió “consúltalo con 
                    tu diseñador. Mientras yo te envió el documento 
                    completo a más tardar el jueves, para que se empiece 
                    a difundir el fin de semana”. El 
                    texto no llegó, pero si la noticia de su muerte, 
                    que lamentamos profundamente todo el equipo de Reportajes 
                    Metropolitanos, que enviamos un sentido pésame a 
                    sus familiares. Descansa 
                    en paz querido amigo, que Dios te bendiga y que a nosotros 
                    nos proteja. |  
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                | “PICOTAZO 
                  MORTAL” | 17/11/2006 |  
                | * 
                    El Peor Enemigo de ExcélsiorEstaba 
                      en Casa: Nava Sànchez
  Por JOSE MANUEL NAVA ---- 
                    VIII Parte ---- (texto 
                    integro que leyò en el Orfeo Catala, durante la presentaciòn 
                    de su libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, 10 dìas antes 
                    de ser asesinado) A 
                    pesar de todo, o tal vez por esos logros, enemigos internos 
                    y externos trabajaban sin cesar para que El Búho no 
                    pudiera levantarse. Tal vez, y lo dije en muchas ocasiones 
                    en reuniones y asambleas en la Cooperativa, el peor enemigo 
                    de Excélsior estaba en casa, lo teníamos dentro, 
                    saboteando una rotativa prendida de alfileres que funcionaba 
                    solo gracias al talento y entrega de trabajadores leales; 
                    destruyendo las ya de por sí destartaladas computadoras 
                    con las que trabajábamos, robándose desde los 
                    focos, hasta literalmente excusados y lavabos de los baños 
                    que no se como simplemente arrancaban de suelos y paredes 
                    en los sanitarios y sacaban de las instalaciones sin que nadie 
                    se diera cuenta… o bueno, eso se nos decía. El desmantelamiento de las instalaciones de Excélsior 
                    se dio sin que nadie, misteriosamente, se diera cuenta.
 Esos enemigos internos, vendidos a quienes ambicionaban apropiarse 
                    de Excélsior y de sus bienes inmobiliarios, entre ellos 
                    la mejor esquina de México, la Esquina de la Información 
                    lograron que se le diera al Búho lo que yo llamo el 
                    “picotazo mortal” en enero de este año 
                    2006.
 
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                    Creo 
                      que ese “picotazo” está dramáticamente 
                      reflejado en el óleo de Jacqueline Juárez, 
                      que es la portada del libro y que generosamente donó 
                      para la publicación de este trabajo. La portada, 
                      como pueden apreciar, muestra a una serie de buitres que 
                      zopilotearon a Excélsior durante su larga crisis. Algunos de ellos eran charlatanes tan cómicos como 
                      patéticos. Recuerdo a uno de ellos, dueño 
                      de dos o tres estanquillos de comida y que tenía 
                      un asombroso parecido con el Pingüino de Batman, que 
                      nos presentó una propuesta de compra escrita a mano, 
                      en hojas arrancadas de un cuaderno de espiral y que seguramente 
                      redactó sobre las rodillas en alguna micro camino 
                      al periódico. Pues ese hombre logró mantener 
                      en vilo al Consejo de Administración durante meses 
                      cuyos miembros inexplicablemente creían que la propuesta 
                      era seria. Otro fué un ex policía que decía 
                      querernos comprar por una cantidad estrtosférica, 
                      500 millones de dólares, pero que no tenía 
                      ni para comprarse zapatos nuevos. Al final sus cheques fueron 
                      de hule.
 Uno sí contaba con los recursos económicos 
                      y con la infraestructura para adquirir Excélsior 
                      y con él todas sus valiosísimas propiedades. 
                      Ese es el que, en la portada de Jacqueline Juárez, 
                      está representado como el buitre que logra dar el 
                      “picotazo mortal”, el que aniquila al Búho 
                      en una operación claramente orquestada y facilitada 
                      desde los más altos niveles del gobierno federal.
 El gobierno tenía una estrategia despiadada y bien 
                      definida. Se trataba de dejar que Excélsior se consumiera 
                      solo en agonía. Todo tenía que parecer el 
                      resultado natural de un deterioro constante producto de 
                      las intrigas y pleitos internos y de sus enormes pasivos 
                      fiscales y de su inhabilidad, propiciada en gran parte por 
                      el propio gobierno, para hacer frente a sus gastos más 
                      elementales como la compra de papel, tintas y otros insumos 
                      fundamentales para la producción del diario y, a 
                      veces, cuando se podía, pagar una mísera “ayuda 
                      de nómina”, como se le llamaba, a socios y 
                      trabajadores de apenas 700 pesos semanales. Eso, claro, 
                      cuando se podía… y muchas, muchas veces ni 
                      eso se podía. Al final, la muerte del Excélsior 
                      clásico fue efectivamente producto de sus conflictos 
                      e intrigas internas, pero con mucha ayuda del exterior.
 A mí, como director, me parecía extremadamente 
                      sospechoso que por más que trabajáramos con 
                      el gobierno para llegar a acuerdos que abordaran la problemática 
                      de fondo de la empresa, nunca, jamás, se pudo aterrizar 
                      uno solo de esos acuerdos, aunque fuera el más pequeño 
                      de ellos. Siempre, invariablemente, surgía un obstáculo 
                      de último minuto que echaba todo abajo. Una revuelta 
                      interna de quienes se empeñaron en destruir a la 
                      cooperativa, una extraña complicación técnica, 
                      incumplimientos de los miembros del Consejo de Administración, 
                      siempre nos fue imposible entablar una negociación 
                      seria y fructífera con el gobierno federal.
 La problemática del periódico era complejísima. 
                      Aparte de nuestros pasivos laborales, que ascendían 
                      a más de 150 millones de pesos, teníamos pasivos 
                      fiscales con la Secretaría de Hacienda que excedían 
                      los 3,000 millones de pesos; pasivos con el Seguro Social 
                      que también excedían los 50 millones de pesos, 
                      pasivos con el Infonavit que se acercaban a los 10 millones. 
                      Es decir, una deuda tan solo con el gobierno federal, que 
                      excedía el valor total de la empresa. La reacción 
                      de los funcionarios con los que abordamos esta problemática 
                      tan compleja, como de urgente solución, era por decirlo 
                      en términos blandos, de indiferencia, displicente, 
                      sin ninguna voluntad real de tenderle la mano a una empresa 
                      de interés social.
 Que diferente fue su reacción, su colaboración, 
                      cuando la Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada 
                      se convirtió en Sociedad Anónima. Ya en manos 
                      del gran capital, los pasivos fiscales parecieron evaporarse 
                      como por arte de magia en su enorme mayoría. Al Seguro 
                      Social se le pagó una fracción de lo que se 
                      le debía en realidad y en cuestión de menos 
                      de dos semanas, la problemática que durante años 
                      nos atormentó y para el gobierno había sido 
                      irresoluble, pasmosamente se resolvió. El propio 
                      secretario de Hacienda lo dijo en una ocasión. “De 
                      Excélsior ni me hablen, ese problema no tiene solución”. 
                      Pero era irresoluble tratándose de nosotros, los 
                      trabajadores de una empresa de interés social. Para 
                      nosotros, las puertas del gobierno federal estaban cerradas 
                      a piedra y lodo. Para el gran capital, les fueron abiertas 
                      de par en par y con alfombra roja.
 Las condiciones en que se da la transferencia de la propiedad 
                      de Excélsior al Grupo Empresarial Ángeles, 
                      propietaria del Grupo Imagen el que absorbió Excélsior, 
                      evidencian una cercanía cuando menos inusual, nebulosa, 
                      opaca, con la llamada pareja presidencial. Este tipo de 
                      operaciones simple y sencillamente no prosperan sin la bendición 
                      de la Presidencia de la República. La operación, 
                      por cierto, ha sido ya denunciada en tribunales por un grupo 
                      de cooperativistas convencidos de que fuimos víctimas 
                      de venta fraudulenta.
 
 ***
 Recuerdo 
                    que en 2004, invité al presidente Fox a que visitara 
                    las instalaciones de Excélsior en ocasión 
                    de nuestro aniversario el 18 de marzo, pero la respuesta 
                    de Los Pinos fue un tajante e inmediato no. Me explicó 
                    el entonces secretario particular y vocero del presidente, 
                    Alfonso Durazo, que Fox no podía visitar Excélsior 
                    sin comprometerse a visitar todas las sedes de los periódicos 
                    en cuando menos la Ciudad de México. Confieso que 
                    me sentía un poco incómodo de invitar al Presidente 
                    de la República a nuestras instalaciones que estaban 
                    tan deterioradas después de muchos años sin 
                    mantenimiento y de sabotaje de nuestros enemigos internos. 
                    Los pasillos lucían lúgubres a media luz; 
                    muchas de las áreas de trabajo, particularmente en 
                    la zona de talleres, estaban simplemente a oscuras porque 
                    no teníamos para comprar miles de focos que simple 
                    y sencillamente desaparecían cada vez que se cambiaban. El mobiliario hubiera muy bien podido servir como leña 
                    –y recuerdo que así lo describió el 
                    dueño del Grupo Empresarial Ángeles-, simple 
                    y sencillamente leña. El equipo de cómputo 
                    eran piezas de museo. En fin, no era el recinto más 
                    digno para la visita de un Presidente de la República. 
                    Sin embargo, pensé que tal vez viendo las condiciones 
                    en que operábamos, en que producíamos un buen 
                    periódico, el Presidente se sensibilizaría 
                    ante nuestra terriblemente difícil situación 
                    y ordenaría que el propio gobierno dejara de apretarnos 
                    el cuello sin ahorcarnos totalmente, pero sí lo suficientemente 
                    fuerte como para apenas permitirnos respirar y a veces, 
                    ni eso. Pienso que esa era la mayor de las crueldades: llevarnos 
                    al borde de la muerte y después dejarte en agonía. 
                    Y el ciclo se repetía constantemente.
 Sin embargo, poco más de un mes después de 
                    que Excélsior, o el Nuevo Excélsior, como 
                    se le llama ahora pasara a manos del capital privado, el 
                    Presidente Fox y su esposa visitaron las instalaciones sin 
                    sentirse de ninguna manera obligados a visitar las de otro 
                    diario. Recuerdo que uno de los trabajadores bromeo al decir 
                    que tanto Fox como su esposa habían ido a ver lo 
                    que habían comprado. ¿Bromeó realmente? 
                    Quien sabe.
  *** El 
                    Seguro Social, esa magnifica institución sin lugar 
                    a dudas con que contamos los mexicanos, fue el elegido obvio 
                    para desencadenar el brutal hostigamiento contra la cooperativa. 
                    Nunca renegamos de nuestras deudas, pero era el propio Seguro 
                    Social el que no nos permitía allegarnos los recursos 
                    necesarios para poder pagar, cuando menos parcialmente, 
                    nuestros retrasos con el Instituto. Se ordenó una 
                    agresiva intervención a la Caja General que literalmente 
                    nos ahogaba. Los viernes eran una verdadera pesadilla, ya 
                    que el interventor del Seguro Social, quien tenía 
                    que autorizar todos los egresos de la caja y pagos de insumos, 
                    simplemente desaparecía. Vivíamos, o mejor 
                    dicho agonizábamos, al día y nuestro proveedor 
                    de papel nos exigía todos los viernes pago por adelantado 
                    del papel necesario para tirar el diario durante tres días. 
                    En no pocas ocasiones estuvimos a punto, a minutos de no 
                    salir porque con los camiones cargados con los rollos de 
                    papel esperando fuera del periódico, el interventor 
                    del Seguro Social no aparecía y sin su firma, evidentemente, 
                    no se nos aceptaba un cheque. La angustia era verdaderamente 
                    feroz.La intervención del Seguro Social tenía otro 
                    efecto particularmente insidioso, que era el de agudizar 
                    los conflictos y las tensiones internas con el consecuente 
                    agravamiento de la imposibilidad de controlar una empresa 
                    de esas dimensiones. La desesperación de muchos trabajadores 
                    y trabajadores de los buenos y leales a la institución 
                    llegaba a tales extremos de exigir el cierre definitivo 
                    del periódico, de declararse recurrentemente en paro 
                    y hasta de llegar a las agresiones físicas entre 
                    grupos rivales al interior de la cooperativa.
 En su designio por hostigar a Excélsior, el Seguro 
                    Social llegó al extremo criminal de girar oficios 
                    a todos los clientes del periódico prohibiéndoles 
                    que se hicieran pagos a la cooperativa y que esos pagos 
                    se hicieran directamente al Instituto. Ya no me cabía 
                    la menor duda. La intención del gobierno era evidente.
 Fue entonces cuando decidí apelar directamente al 
                    Presidente Fox y con el pretexto de una entrevista, la primera 
                    por cierto que concedía un Jefe del Ejecutivo a Excélsior 
                    en más de una década, le planteé directamente 
                    y con todo detalle la crisis del periódico y su dramático 
                    aspecto humano. A bordo del avión presidencial, en 
                    un vuelo de Guadalajara a la Ciudad de México en 
                    septiembre del año pasado, platiqué privadamente 
                    con el Presidente Fox y sin rodeos le dije que no debía 
                    permitir que fuera su gobierno el que diera la estocada 
                    final a una institución de repercusión nacional 
                    como era Excélsior.
 Fox escuchó la exposición con mucha atención 
                    y no dudó en llamar a su vocero, el doctor Rubén 
                    Aguilar, para encargarle que se le diera atención 
                    al problema de Excélsior al más alto nivel.
 -Quiero que Carlos –dijo refiriéndose al secretario 
                    de Gobernación, Carlos Abascal-, le entre al problema 
                    de Excélsior. Y que lo haga ya.
 En un par de días se arregló una entrevista 
                    formal con el secretario Abascal. Parecía que al 
                    fin habría luz al final del túnel, pero no 
                    fue así. Para mi enorme sorpresa, me encontré 
                    con un funcionario hostil, áspero, sin ningún 
                    interés real por llegar al fondo del problema financiero 
                    y fiscal de Excélsior. Sí, no puedo negarlo, 
                    me escuchó durante largo tiempo sin una sola reacción 
                    en su rostro. Temía, como sucedió, que mis 
                    palabras estaban cayendo en oídos sordos. Evidentemente 
                    no existe un sordo más sordo que el que no quiere 
                    escuchar y el secretario Abascal no quería oír 
                    de nuestros problemas.
 -¿Qué crees que dirán si te salvamos 
                    el periódico comprándoles publicidad?, me 
                    inquirió el secretario.
 -¿Qué cree que dirán, señor 
                    secretario, si el gobierno promueve la desaparición 
                    de una institución como Excélsior?, le respondí.
 La reunión con el secretario Abascal concluyó 
                    sin ningún resultado concreto. Ahora sabemos por 
                    qué. Los planes eran ciertamente otros.
 Al interior de la cooperativa, por supuesto, las cosas no 
                    mejoraban. Muy por el contrario. Las intrigas y los rumores 
                    crecían día con día hasta que apareció 
                    un personaje que había ocupado la jefatura de información 
                    que ofreció comprar, y recalco comprar, la subdirección 
                    de Excélsior. La idea de la compra-venta de un puesto 
                    directivo en Excélsior, por cierto por ese mismo 
                    individuo, había flotado con anterioridad, pero fue 
                    evidentemente desechada porque los puestos no se compran.
 Pero esta misma persona, en complicidad con un grupo de 
                    parientes que también trabajaban en la cooperativa, 
                    volvió a hacer el ofrecimiento de comprar la subdirección 
                    del diario por cuatro millones de pesos. Visitaba el área 
                    de Talleres a altas horas de la noche para tratar de convencer, 
                    como al final lo hizo, que él podía allegar 
                    al periódico los recursos necesarios para que todos 
                    cobraran.
 Se acercaba una fecha particularmente peligrosa, que era 
                    Navidad, y la caja del periódico no tenía 
                    para cubrir el aguinaldo. Este personaje prometió 
                    que aparte de los cuatro millones de pesos que pagaría 
                    para que lo nombraran subdirector, él conseguiría 
                    fondos para pagar el aguinaldo.
 Y es con ese argumento con el que se cocina la traición 
                    final contra la Cooperativa Excélsior. El Consejo 
                    de Administración, sin consultarlo con la Dirección 
                    General como ordenaban las bases, aceptó la oferta 
                    de compra de la subdirección del periódico 
                    por esos cuatro millones de pesos.
 El viernes 9 de diciembre del años pasado, en una 
                    junta con socios y trabajadores no socios, que nosotros 
                    llamábamos juntas informativas, el presidente del 
                    Consejo de Administración, Armando Heredia Suárez, 
                    hizo el anuncio estando yo presente y sin saber absolutamente 
                    nada del plan de venta de una plaza directiva. Dijo que 
                    el Consejo de Administración había decidido 
                    aceptar cuatro millones de pesos por ese puesto y hasta 
                    con facilidades de pago. Se recibirían dos millones 
                    de pesos a mediados de diciembre y los restantes dos millones 
                    de pesos hacia finales de enero.
 Yo escuchaba incrédulo que el Consejo de Administración 
                    hubiera caído en una práctica tan baja como 
                    la venta de plazas, pero eso sería parte del plan 
                    de remover al Director General porque yo no aceptaba con 
                    entusiasmo la venta del periódico, sino que creía 
                    que teníamos los recursos humanos y el compromiso 
                    de socios para sacar al periódico adelante, particularmente 
                    si aprovechábamos la inminente campaña política 
                    para reposicionar la credibilidad del periódico. 
                    La credibilidad de Excélsior quedó hecha pedazos 
                    seis años atrás cuando fue literal y abiertamente 
                    entregado al entonces candidato del partido oficial, es 
                    decir, al establecimiento político derrotado en el 
                    2000.
 Yo estaba firmemente convencido de que esa era nuestra oportunidad 
                    de oro para consolidar el reposicionamiento del periódico 
                    y conservar nuestro patrimonio, pero eso era algo que no 
                    se me iba a permitir hacer.
 Sabía perfectamente que la venta de la subdirección 
                    resultaría ser un fraude redondo, como lo fue. El 
                    aspirante a la subdirección nunca pagó ni 
                    un solo centavo y apareció en el directorio con el 
                    puesto de subdirector solo unos cuantos días. El 
                    periódico estaba siendo manejado como la miscelánea 
                    de la esquina para acelerar el punto de quiebre.
 En esa misma reunión del 9 de diciembre le pregunté 
                    privadamente al presidente del Consejo si la decisión 
                    que acababa de anunciar era firme y respondió que 
                    sí, que el nuevo subdirector tomaría posesión 
                    el miércoles siguiente, es decir, el 14 de diciembre, 
                    una vez que diera su enganche de dos millones de pesos. 
                    Indignado, le pedí que nos reuniéramos en 
                    sesión de Consejo una vez terminada la junta informativa. 
                    En esas condiciones, no dudé un instante en decidir 
                    renunciar a la Dirección General.
 En la reunión de Consejo expuse que ética 
                    y moralmente no podía aceptar la venta de una plaza 
                    directiva en Excélsior, algo que jamás sucedió 
                    en la institución y que aun menos podía aceptar 
                    que se manipulara y jugara con la necesidad de los trabajadores 
                    porque como lo sospechaba y en efecto sucedió, esos 
                    recursos jamás llegarían a la caja del periódico. 
                    Además, alguien presuntamente dispuesto a pagar cuatro 
                    millones de pesos por un puesto es porque va con la intención 
                    de lucrar con esa posición, es obvio.
 Presenté entonces mi renuncia a la Dirección 
                    General, que era evidentemente el objetivo del presidente 
                    del Consejo, pero los consejeros me pidieron reconsiderar 
                    por el bien de la institución. Les pedí 24 
                    horas para reflexionar y nos reunimos de nuevo el sábado 
                    10. En esa junta acepté continuar al frente de la 
                    Dirección General con la condición expresa 
                    de que se respetaran las bases de la cooperativa y el reglamento 
                    de trabajo y que nadie usurpara las funciones de otros, 
                    como las había usurpado el Consejo al nombrar a un 
                    subdirector sin el conocimiento y consentimiento del director 
                    general.
 Se me pidió reunirme con quien sería el subdirector 
                    y dije que lo haría una vez que pagara el enganche 
                    de dos millones de pesos, algo que sabía perfectamente 
                    no sucedería. Inmediatamente se propagaron rumores 
                    en el sentido de que yo bloquearía al aspirante a 
                    subdirector en su colecta de fondos y que pediría 
                    a todos los gobernadores del país que no lo ayudaran. 
                    Cuánto crédito me daban. Como si yo, aún 
                    siendo Director General de Excélsior, hubiera podido 
                    tomar el teléfono y simplemente ordenarles a 31 gobernadores 
                    que cerraran sus carteras cuando este señor los visitara. 
                    Y hacer todo eso en apenas tres días hubiera sido 
                    doble hazaña.
 La realidad es que ya se sabía que esos recursos 
                    nunca llegarían, pero existía el compromiso 
                    contraído por el presidente del Consejo con los trabajadores 
                    de repartir los cuatro millones entre todos. El martes 13, 
                    cabalístico el día, ya tarde por la noche 
                    y a unas horas de que se tuvieran que desembolsar los primeros 
                    dos millones de pesos, que por supuesto no habían 
                    ingresado a la caja del periódico, el presidente 
                    del Consejo se vio atrapado en su propia trampa. La gente 
                    demandaba el pago y él tenía que salvar el 
                    pellejo.
 El presidente del Consejo se comunicó telefónicamente 
                    conmigo para pedirme que fuera al periódico a hablar 
                    con la gente porque no querían trabajar y a entrevistarme 
                    con el aspirante a subdirector. Yo me negué rotundamente 
                    y le hice notar que ese asunto lo había originado 
                    él con el apoyo y conocimiento del gerente general 
                    y que por lo tanto afrontaran ellos su responsabilidad.
 La respuesta fue la clausura totalmente ilegal de la Dirección 
                    General y la remoción, también ilegal, del 
                    nombre del director general del directorio del diario. Ese 
                    martes 13 de diciembre de 2005 el camino quedó libre 
                    para el asalto final.
 Muchas gracias.
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                | 28/11/2006 | COOPERATIVISTAS 
                    DE EXCELSIOR EXIGEN ESCLARECER EL CRIMEN DE SU DIRECTOR
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                |  
                    * 
                      Que se Investigue a Quienes    Denuncia 
                      en su Libro   
                      Cooperativistas del antes prestigiado periódico Excèlsior, 
                      realizaron ayer un bloqueo en la capital del país, 
                      para exigir a las autoridades judiciales el esclarecimiento 
                      del asesinato del ex director del periódico Excèlsior, 
                      José Manuel Nava Sánchez, y que se cite a 
                      declarar a todos los personajes que el ahora occiso menciona 
                      en el libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, en el que detalla 
                      los pormenores sobre la supuesta ilegalidad de la operación 
                      de compra venta del diario. Los 
                      demandantes, se presentaron el viernes 24 de noviembre en 
                      las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia 
                      del Distrito Federal (PGJDF), para exigir sean investigados 
                      Regino Díaz Redondo, ex presidente y director general 
                      de Excèlsior; José Andrés Barrenechea, 
                      ex director general; Olegario Vázquez Raña, 
                      presidente de Excèlsior; Armando Heredia Suárez, 
                      director de Producción de Excèlsior; Javier 
                      de Anda Herrera, encargado de la disolución de la 
                      Cooperativa Excèlsior; Alfredo Camacho Olivares, 
                      Claudio Olivera, Elías Huerta Pshinas, y otros del 
                      gobierno federal, que Nava Sánchez cita en su documento. En 
                      un escrito entregado al Ministerio Público, que lleva 
                      las investigaciones del crimen ocurrido el 16 de noviembre 
                      pasado, los demandantes señalan que “José 
                      Manuel Nava Sánchez se llevó a la tumba muchos 
                      secretos de la operación de compra venta de Excelsior, 
                      sin embargo logró contar su historia, pero le faltó 
                      tocar la perversidad de su actuación”. Por 
                      ello, piden a la PGJDF acelere las investigaciones del asunto, 
                      ya que existe la probabilidad de que la muerte del ex director 
                      del periódico esté ligada a la publicación 
                      del mencionado libro. Citan 
                      textualmente “no aceptar la compra venta del periódico, 
                      operación que posiblemente, y eso le toca investigar 
                      a la Procuraduría, podría involucrar el homicidio 
                      de Nava Sánchez”. Por 
                      su parte, el procurador capitalino, Bernardo Batiz, informó 
                      que ya se cuenta con el retrato hablado del asesino de Nava 
                      y que en cualquier momento puede ser detenido.  |   
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                | 24/11/2006 | CIDH 
                    REPUDIA ASESINATOSDE NAVA Y TAMAYO
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                      Washington, D.C., 21 de noviembre de 2006. La Relatoría 
                      Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión 
                      Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA deplora 
                      los asesinatos de dos periodistas perpetrados en México 
                      en las últimas semanas. La Relatoría Especial 
                      insta a las autoridades mexicanas a investigar estos hechos 
                      de manera rápida y eficaz para que se sancione debidamente 
                      a sus responsables y se determine si estos crímenes 
                      estuvieron relacionados con el ejercicio de la actividad 
                      periodística.   
                      El 10 de noviembre fue encontrado el cuerpo de Misael Tamayo 
                      Hernández, director del periódico Despertar 
                      de la Costa, en un motel en la ciudad de Zihuatanejo, Estado 
                      de Guerrero, con las manos atadas en la espalda y heridas 
                      en el antebrazo y la mano. El periodista habría recibido 
                      amenazas de muerte tras publicar noticias sobre el narcotráfico, 
                      el crimen organizado y corrupción en el gobierno 
                      local.   
                      El 16 de noviembre fue encontrado el cuerpo de José 
                      Manuel Nava Sánchez, ex director del periódico 
                      Excélsior, en su domicilio en Ciudad de México, 
                      con heridas de arma blanca. El periodista escribía 
                      una columna en el periódico El Sol de México 
                      y el 6 de noviembre había presentado su libro Excélsior, 
                      el asalto final, donde criticó presuntas irregularidades 
                      en la venta del periódico.   
                      Previamente fueron asesinados este año en México 
                      los periodistas Jaime Arturo Olvera Bravo (el 9 de marzo 
                      en Michoacán), Ramiro Téllez Contreras (el 
                      10 de marzo en Tamaulipas), Enrique Perea Quintanilla (el 
                      9 de agosto en Chihuahua), y Bradley Ronald Hill (el 27 
                      de octubre en Oaxaca). Además, el periodista Rafael 
                      Ortiz Martínez desapareció el 8 de julio en 
                      Coahuila.   
                      El Relator Especial para la Libertad de Expresión, 
                      Ignacio J. Álvarez, dijo que “la voluntad política 
                      de los Estados de investigar adecuadamente los crímenes 
                      contra periodistas y el inicio inmediato y serio de las 
                      respectivas investigaciones son factores fundamentales para 
                      la efectividad de los procesos internos. La falta de una 
                      investigación efectiva puede hacer a los Estados 
                      incurrir en responsabilidad internacional determinada por 
                      la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y 
                      por la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. 
                        
                      La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión 
                      recuerda que conforme a la Convención Americana sobre 
                      Derechos Humanos, los Estados tienen el deber de prevenir, 
                      investigar y sancionar toda violación de los derechos 
                      allí reconocidos. El Principio 9 de la Declaración 
                      de Principios sobre la Libertad de Expresión de la 
                      CIDH señala que “el asesinato, secuestro, intimidación, 
                      amenaza a los comunicadores sociales, así como la 
                      destrucción material de los medios de comunicación, 
                      viola los derechos fundamentales de las personas y coarta 
                      severamente la libertad de expresión. Es deber de 
                      los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar 
                      a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación 
                      adecuada”.   
                      Para mayor información sobre la Relatoría: 
                      http://www.cidh.org/relatoria                     |   
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                | ALTO 
                    A LOS CRIMENESDE REPORTEROS: FIP
 
 | 23/11/2006 |   
                | Por 
                    MARIA CALCAGNO  A 
                    ocho días del asesinato de José Manuel Nava 
                    Sánchez, último director general de Excèlsior, 
                    la Federación Internacional de Periodistas y la Asociación 
                    Reporteros sin Fronteras hicieron un llamado al gobierno mexicano 
                    para que esclarezca este crimen y brinde protección 
                    a los trabajadores de medios de comunicación, así 
                    como que se realice una investigación objetiva sobre 
                    su muerte y que se informen los móviles que provocaron 
                    su deceso, además de que se otorgue garantías 
                    a todos los periodistas involucrados en la edición 
                    y difusión del libro EXCELSIOR, EL ULTIMO ASALTO, ya 
                    que de ocurrir un atentado más, será evidente 
                    el móvil del crimen del destacado comunicador.  El 
                    cuerpo del Nava Sánchez fue encontrado muerto a las 
                    9 de la mañana en su departamento por la señora 
                    de la limpieza. De acuerdo con la investigación preliminar, 
                    no hay indicios de que entraran a robar o asaltar.  Nava 
                    es el tercer periodista asesinado en los últimos 21 
                    días. El 
                    10 de noviembre, encontraron muerto en una habitación 
                    de hotel en Zihuatanejo a Misael Tamayo Hernández, 
                    editor de El Despertar de la Costa.  Encontraron 
                    su cuerpo casi desnudo, boca abajo con las manas atadas a 
                    la espalda y cubierto con una sabana. La policía encontró 
                    tres heridas hechas con un objeto punzo cortante en su cuerpo, 
                    una en la mano derecha y otras dos en el antebrazo. El forense 
                    explicó que la causa de su muere fue un paro cardiaco. 
                     Tamayo 
                    Hernández, que gozaba de credibilidad en el diario 
                    local, publicó un artículo el jueves pasado, 
                    en el que afirmaba que los funcionarios en esta ciudad otorgaban 
                    descuentos ilegales en el servicio de agua a particulares 
                    y empresas. La misma edición también contenía 
                    artículos sobre el crimen organizado.  El 
                    28 de octubre, Bradly Will, un periodista freelance que radicaba 
                    en Nueva York, fue una de las tres personas a las que mataron 
                    cuando un grupo de hombres armados disparó contra manifestantes 
                    durante una marcha en la ciudad de Oaxaca, en México. 
                     Will 
                    era un corresponsal de IndyMedia en México. Se dice 
                    que paramilitares vestidos de civil dispararon contra los 
                    manifestantes. Will recibió un disparo en el abdomen 
                    y murió en el hospital de la Cruz Roja, también 
                    murieron otros dos. El fotógrafo de Will, Oswaldo Ramírez 
                    estuvo entre los heridos.  Aidan 
                    White, Secretario General de la FIP, declaró: “los 
                    casos recientes de ataques contra periodistas dejan claro 
                    que México debe hacer más para proteger a los 
                    periodistas y poner fin a la impunidad. Esperamos una investigación 
                    completa de los tres casos y que las personas responsables 
                    de la muerte de nuestros colegas sean castigadas.”  Para 
                    mayor información comuníquese con la FIP al 
                    teléfono 32 2 235 2207 La FIP representa a más de 500,000 periodistas en más 
                    de 100 países en el mundo.
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                | 23/11/2006 | ADIOS 
                    JOSÉ MANUEL |   
                | 
                     
                      |  |   
                      |   |   
                      | Luis 
                          Feher, Gustavo Renterìa Villa y Mario Ruiz de 
                          Chàvez, acompañaron a Josè Manuel 
                          Nava en la presentaciòn de su libro en el Orfeo 
                          Català de Mèxico, el 6 de noviembre pasado, 
                          10 dìas antes de su asesinato. En esa ocasiòn, 
                          Nava llevaba a la altura del corazòn un fistòn 
                          con el buhò de Excèlsior.
 |   
                    Gustavo 
                      Rentería  Se 
                      nos adelantó José Manuel Nava, y lamentamos 
                      todavía más la forma de su muerte. El fue 
                      el último director general de la cooperativa Excelsior. 
                      Fue un gran periodista, un verdadero defensor de nuestra 
                      lengua y sobre todo un gran amigo. Nava me concedió 
                      una entrevista en su departamento, el jueves 2 de noviembre, 
                      para hablar de su libro "Excelsior, el asalto final" 
                      y el 6 tuve el honor de presentar el libro en el Orfeó 
                      Catalá. El día 7 me habló por teléfono para 
                      agradecerme mis palabras, y nos quedamos de hablar para 
                      ir a comer. Ya no comeré con él, pero nos 
                      quedamos con el recuerdo de un gran reportero y un inmejorable 
                      amigo.
 Que 
                      descanse en paz.  |   
                |  
                    ENTREVISTA  
                      (publicada en la revista SIEMPRE, cuatro días antes 
                      de su asesinato) José 
                      Manuel Nava/Ultimo director del Periódico de la Vida 
                      NacionalTraidores internos, gobierno y prestanombres acabaron con 
                      Excélsior
 Por: 
                      Gustavo Rentería * 
                      Cuando Nava lograba una plana de publicidad 
                      para el diario, misteriosamente
 la 
                      negociación se iba al cesto de la basura.
 La 
                      contraportada del libro El asalto final, de José 
                      Manuel Nava, el último director general de la cooperativa 
                      Excélsior, asegura que la estocada mortal contra 
                      el Periódico de la Vida Nacional la asestaron, confabulados, 
                      compañeros traidores, el gobierno de la República 
                      y millonarios prestanombres. Hace 
                      unos días, en su departamento, en pleno Paseo de 
                      la Reforma, a una cuadra del Angel de la Independencia, 
                      recibió a Siempre! para charlar en torno al texto 
                      editado por Edamex, empresa de la familia Colmenares. “Excélsior 
                      fue la catedral del periodismo mexicano, un verdadero pilar 
                      de la comunicación nacional. Don Julio Scherer fue 
                      quien me invitó a participar en las páginas 
                      del diario”. “El 
                      Periódico de la vida Nacional tiene una historia 
                      bastante tormentosa desde sus inicios. Lo fundó Rafael 
                      Alducin con una idea altruista, para darle a México 
                      un medio de información veraz y oportuno. Y su nombre 
                      lo dice todo: excélsior, es decir, excelso, lo mejor”. 
                       “A 
                      través de los años, el diario sufrió 
                      crisis recurrentes. Recordemos la intervención del 
                      gobierno en 1938. Lo salvó el gobierno haciéndolo 
                      una cooperativa. Llegó a ser una cooperativa poderosísima. 
                      Era el único periódico que cada seis meses 
                      regalaba casas y automóviles en sus tradicionales 
                      campañas de suscripción”. Con 
                      tristeza, el entrevistado de esta semana nos relata que 
                      en 1976 tiró a Julio Scherer un grupúsculo 
                      encabezado por Regino Díaz Redondo, quien tomó 
                      el control del rotativo y no dejó el poder hasta 
                      24 años después. “Fue una época 
                      gris, diríamos negra del periodismo nacional”. “La 
                      cooperativa logró propiedades no solamente en la 
                      ciudad de México, sino prácticamente en todo 
                      el país. Y edificó la Esquina de la Información, 
                      edificio que en su proyecto original tendría 27 pisos”. “Excélsior 
                      llegó a tener mil 400 trabajadores, cuando en la 
                      actualidad, para editar el diario, únicamente se 
                      requería un máximo de 350. El diario logró 
                      la mayor circulación en nuestro país. El nuevo 
                      Excélsior, como le llaman, tiene muy pocos suscriptores 
                      y se regala por doquier”. Trayectoria El 
                      autor de El asalto final fue corresponsal en Washington 
                      por 21 años. Y llegó a ser el decano de los 
                      periodistas en la Casa Blanca, junto con Yolanda Sánchez, 
                      de Televisa. Es recordado en el gremio por sus entrevistas 
                      a los presidentes Ronald Reagan, George Bush padre, William 
                      Clinton y por sus crónicas en el Air Force One y 
                      sus charlas con autoridades de primer nivel de la Unión 
                      Americana. Concluyó 
                      su misión periodística en la capital norteamericana 
                      poco antes de la invasión de Irak: el 28 de noviembre 
                      del 2002, día de Acción de Gracias. Y produjo 
                      su primer libro: el Vortex del Mal, que es una selecta colección 
                      de notas que tomó a lo largo de varios años 
                      y que desnuda a un grupo “muy radical de locos, de 
                      desfasados de la realidad”. La agenda que ellos tenían 
                      era muy específica, y era la de asegurar y garantizar 
                      la preeminencia económica, política y militar 
                      de Estados Unidos durante el siglo XXI. La 
                      madre de José Manuel, sin duda, es sabia. Cuando 
                      le ofrecieron a Nava la dirección de Excélsior, 
                      ella le dijo: “O eres muy valiente o eres muy inocente”. 
                      ¡Y vaya si tenía razón! El propio Nava 
                      asegura que le ofrecieron la dirección porque él 
                      estaba fuera de la grilla. La grilla fea que se vivía 
                      en México. El, por descontaminado, se convirtió 
                      en agente catalizador. Cuando José Manuel tomó 
                      el control de la redacción y los talleres, el diario 
                      no tenía ni focos para alumbrar las estaciones de 
                      trabajo de los reporteros. Además de que los trabajadores 
                      dejaron de cobrar hasta 39 meses. ¡Imaginen en qué 
                      condiciones estaba el periódico! Después de 
                      varias semanas de haber asumido el control del diario, Nava 
                      abrió las puertas de la Dirección y encontró 
                      un verdadero basurero. Y, por si hubiera sido poco, una 
                      docena de botellas de licor vacías.  Le 
                      preguntamos a Nava quiénes fueron los cooperativistas 
                      traidores. Nos contestó que a la cabeza de este clan 
                      estuvo el presidente del Consejo de Administración, 
                      Armando Heredia Suárez. Y en segundo lugar el gerente 
                      general, Javier de Anda. “Ellos cedieron a la presión 
                      de los compañeros de talleres, los más aguerrido 
                      y combativos, y llegaron a la desfachatez de vender la subdirección 
                      del diario en cuatro millones de pesos”. Nava 
                      detalla que el gobierno de México, el gobierno de 
                      Fox, estuvo confabulado en la compraventa de Excélsior. 
                      José Manuel asegura que se trató, durante 
                      dos años, de llegar a un acuerdo de fondo con la 
                      administración del cambio, porque la cooperativa 
                      tenía problemas muy grandes con el Seguro Social 
                      y con la Secretaría de Hacienda.  Ordenes 
                      de Fox En 
                      las páginas de El asalto final, Nava platica un vuelo 
                      en el TP 01 de Guadalajara a la ciudad de México. 
                      Dijo el entonces director general de Excélsior: “Señor 
                      Presidente: es muy importante que no se vea que es el gobierno 
                      el que nos está matando; que no sea su gobierno el 
                      que mate a Excélsior”. En ese momento, el titular 
                      del Ejecutivo mandó llamar a su vocero, el doctor 
                      Rubén Aguilar, y le dijo: “Quiero que Carlos 
                      (se refería a Abascal Carranza) se haga cargo inmediatamente 
                      de este problema”. Al llegar a tierra, Nava se puso 
                      en contacto con el secretario de Gobernación, y días 
                      después lo vio. Sin embargo, se encontró nuevamente 
                      con una actitud negativa, muy displiscente, muy poco dispuesta 
                      a ayudar. Y esto a pesar de que eran instrucciones directas 
                      del Presidente de la República.  Cuando 
                      Nava —dice él mismo— lograba una plana 
                      de publicidad para el diario, misteriosamente la negociación 
                      se iba al cesto de la basura. Vale la pena subrayar —así 
                      lo dice y lo relata en el libro— que el presidente 
                      Fox nunca quiso visitar las instalaciones del Excélsior. 
                      La respuesta oficial a las múltiples invitaciones 
                      era que si visitaba el periódico tendría que 
                      visitar todos los medios de comunicación. Sin embargo, 
                      en enero, con los nuevos dueños, Fox y su señora 
                      esposa visitaron la Esquina de la Información. A 
                      lo largo de las más de 202 páginas del libro 
                      se relata el primer encuentro, en las oficinas de Olegario 
                      Vázquez Raña, entre Nava y el nuevo dueño 
                      del rotativo. “Me 
                      citó en su oficina del decimoquinto piso del Hospital 
                      Angeles del Pedregal. Me recibió afectuoso, sonriente 
                      y con un buen apretón de manos. De pronto sonó 
                      su celular (don Olegario no usa secretaria para contestar 
                      su teléfono móvil). Y por lo que decía 
                      el dueño del diario, deduje que se trataba de un 
                      amigo cercano. Esta fue más o menos la conversación: “Qué 
                      tal hermano. ¿Cómo estás? ¿Qué 
                      es lo que te pasa? ¿Necesitas una ambulancia o un 
                      helicóptero? Dime lo que requieras, cualquier cosa. 
                      ¿No? Entonces vente acá, al hospital. Aquí 
                      te atendemos como VIP”. Vázquez 
                      Raña concluyó la llamada. Volteó hacia 
                      mí. Y con una casi imperceptible sonrisa en los labios, 
                      me dijo: “Mira, José Manuel. Aquí atendemos 
                      a todos los amigos que necesitan servicios médicos. 
                      Les damos todo. Y salen sanos. Pero, eso sí, salen 
                      pobres”. |   
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                | EXCELSIOR, 
                    UNA PRIVATIZACION. UN CRIMEN | 22/11/2006 |   
                | Por: 
                    Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info) Fecha 
                    publicación:20/11/2006 El 
                    periodista José Manuel Nava Sánchez fue asesinado 
                    la noche del miércoles 15 de este mes. El crimen ocurrió 
                    en circunstancias sumamente sospechosas, ya que lo que aparece 
                    a primera vista como un crimen pasional, puede ser sólo 
                    el encubrimiento de algo muchísimo más turbio, 
                    pues en esos días el periodista había dado a 
                    conocer su libro “Excélsior, el asalto final”. En 
                    este libro José Manuel Nava denuncia la conjura entre 
                    el gobierno de Fox, cooperativistas traidores del interior 
                    de Excélsior y poderosos intereses privados externos, 
                    que se urdió durante 5 años contra la sociedad 
                    cooperativa que editó durante casi 90 años de 
                    existencia el más importante periódico mexicano 
                    del siglo XX, conjura que culminó el 23 de enero de 
                    2006 con la supuesta disolución de la cooperativa y 
                    la compra de sus activos por el magnate de los hospitales 
                    privados y del comercio de la nitroglicerina, componente de 
                    explosivos, así como directivo de la Cruz Roja Mexicana, 
                    Olegario Vázquez Raña. Desde 
                    que se conoció la terrible noticia en la mañana 
                    del jueves 16, se abrieron dos perspectivas de explicación: 
                    (1) se trató de un crimen pasional, y (2) fue una represalia 
                    contra quien en su libro denunció esa conjura, aunque 
                    Nava no aporta elementos muy precisos --que debió conocer-- 
                    de quiénes fueron los autores reales del asalto final 
                    a Excélsior en tanto que sociedad cooperativa, no obstante 
                    lo cual dejó indicios certeros de los intereses que 
                    se abalanzaron a la compra del diario y su despojo a los trabajadores, 
                    hasta entonces propietarios colectivos de la empresa. Con 
                    este asalto, encubierto en forma de transacción comercial 
                    normal, pero que a la luz de las revelaciones del libro puede 
                    calificarse como despojo, queda la percepción de que 
                    culmina así un proceso de privatización de empresas 
                    sociales en los medios de comunicación, ya que el diario 
                    La Prensa (cooperativa) también sufrió el mismo 
                    embate por parte de intereses privados desde la época 
                    de Salinas y Zedillo, y la cooperativa que edita el diario 
                    El Día vive, desde la muerte en 1980 de su fundador, 
                    Enrique Ramírez y Ramírez, una crisis periodística, 
                    política y económica que virtualmente lo tiene 
                    en la agonía y para efectos prácticos El Día 
                    ya desapareció.  Al 
                    margen de las causas concretas del crimen contra José 
                    Manuel Nava, quien periodísticamente tuvo un desempeño 
                    muy meritorio en su experiencia profesional de varias décadas, 
                    y cuyas causas y autor o autores deben ser plenamente investigadas 
                    y aclaradas, y no quedar impunes como en los 26 casos anteriores 
                    de asesinatos de periodistas en el sexenio del supuesto “cambio” 
                    de Fox, la privatización de hace casi un año 
                    del diario Excélsior supone que “las fuerzas 
                    del mercado libre” --tanto en el mundo como en México-- 
                    han ido avanzando, por la buena o por la mala, en su designio 
                    de enajenar la opinión libre de los periodistas y, 
                    por ende, de la sociedad, para trasladarla a intereses no 
                    comprometidos con la verdad ni con la lucha de los pueblos 
                    (privatización de Excélsior que, entre paréntesis, 
                    fue la causa de que el autor de esta columna dejara de escribir 
                    para ese diario, tras seis años de colaborar en sus 
                    páginas). El 
                    hecho de que las primeras averiguaciones de este crimen hayan 
                    dado por sentado que el móvil no fue el robo, ya que 
                    el cuerpo sin vida de Nava fue encontrado el jueves 16 en 
                    su propia casa, apuñalado, sin que aparentemente hubiera 
                    sido el hurto lo que movió a su autor o autores al 
                    asesinato, se desfigura cuando de esa misma primera observación 
                    policial se desprende que le fueron sustraídos la computadora 
                    portatil y el teléfono celular, lo que indicaría 
                    que hay algo más en el atentado contra la vida del 
                    colega, que un simple crimen pasional. Las denuncias de Nava 
                    que él mismo calificó como “asalto a Excélsior”, 
                    deben mover a una pesquisa a fondo, ya que en ambos aparatos 
                    electrónicos pueden existir archivos o direcciones 
                    que pudieran abrir líneas de investigación. Excélsior 
                    vivió una pesadilla desde que en octubre del 2000 fue 
                    expulsado de la cooperativa y de la dirección del diario 
                    Regino Díaz Redondo, quien durante 26 años dirigió 
                    autocrática y pandillerilmente el medio, en complicidades 
                    y solapamientos de las políticas oficiales, tras haber 
                    logrado la expulsión de Julio Scherer García 
                    y sus seguidores del mismo periódico. Lo dejó 
                    en total bancarrota económica, mientras se sabe que 
                    Díaz Redondo y algunos de sus allegados lucraron hasta 
                    más no poder con el dominio de Excélsior. Sometidos 
                    a esa crisis de años, los trabajadores vivieron el 
                    infierno de no cobrar sueldos sino parcial y siempre atrasadamente. 
                    Todos los días estuvo a punto de no aparecer el diario 
                    sea por falta de papel, tintas y otros insumos. En medio, 
                    naturalmente, de las inconformidades del personal. Así 
                    que cuando se apareció un capitalista decidido a “rescatar” 
                    al periódico y a sus trabajadores (mil 400) no tuvieron 
                    éstos más remedio que aceptarlo, en una puja 
                    en que durante esos años desfilaron reales y supuestos 
                    compradores, donde los grupos internos de la cooperativa se 
                    enfrentaron frecuentemente, incluso a golpes, por el dominio 
                    del medio. En 
                    el libro de Nava se establece que Olegario Vázquez 
                    Raña, el comprador final, porfió en el agobio 
                    económico de los trabajadores, hasta que llegó 
                    el momento en que la fruta estaba “madura” para 
                    su compra a precios viles. Prometió que nadie sería 
                    cesado pero quedó una mínima porción 
                    (de decenas) de los trabajadores anteriores. Y la complicidad 
                    del gobierno actual para el asalto y su confirmación, 
                    se evidencia en que debiendo Excélsior al fisco algo 
                    así como 3 mil millones de pesos, esta deuda ya no 
                    le fue exigida por Hacienda a Vázquez Raña apenas 
                    se hizo de la propiedad. Cuando que, por añadidura, 
                    la ley prohíbe que se haga compra-venta alguna cuando 
                    existe deuda fiscal. Otro hecho que corrobora el dicho de 
                    la conjura oficial expuesto por Nava, es que invitado Fox 
                    por los directivos de la cooperativa a visitar Excélsior, 
                    nunca lo hizo, pero sí lo visitó cuando estaba 
                    ya en manos del nuevo propietario. Hechos 
                    todos ellos, que hacen dudar en absoluto de las explicaciones 
                    simples en el homicidio de José Manuel Nava Sánchez. 
                    Descanse en paz el colega y mi solidaridad con sus familiares. Información 
                    AdicionalTema: Situación en México
 País/es: México
 http://www.argenpress.info/nota.asp?num=037004
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                | 21/11/2006 | JOSÉ 
                    MANUEL NAVA |   
                |  
                     
                     Comentario 
                    a tiempo   
                    Por Teodoro Rentería Arróyave *  SANGHAI, 
                    CHINA, viernes 17 de noviembre de 2006.- El joven estudiante 
                    de periodismo en Ciencias Políticas de la Universidad 
                    Nacional Autónoma de México que fue llamado 
                    por el director general Julio Sherer para ingresar al gran 
                    Excélsior, el corresponsal en París y 22 años 
                    en Washington, el autor de los libros "El Vortex del 
                    Mal" y "Excélsior, el asalto final", 
                    el periodista y escritor depurado, analítico y valiente, 
                    el último director general de la Cooperativa Excélsior, 
                    José Manuel Nava Sánchez, fue asesinado. Lo 
                    habíamos leído mucho en sus entregas cotidianas 
                    desde Washington, la fuerza de su redacción y siempre 
                    en la línea de defender lo nuestro obligaban a seguir 
                    su trabajo periodístico, fue hasta cuando lo llamó 
                    una atormentada Cooperativa que nunca acertó salir 
                    de la difícil y terrible situación en que la 
                    dejara la camarilla de Regino Díaz Redondo y José 
                    Andrés Barrenechea, cuando lo conocimos.  Ya 
                    se había dado la expulsión de los que a su vez 
                    en 1976 asaltaron, viles, y desprendieron de Excélsior 
                    a Julio Sherer y a su histórica redacción, cuando 
                    en una agradable comida a la que previamente nos habíamos 
                    convocado, conocimos personalmente a José Manuel Nava, 
                    exudaba optimismo, en la víspera había tomado 
                    posesión como Director General de Excélsior. 
                     |   
                |  
                    Lo 
                      acompañe en todas y cada una de las transformaciones 
                      que llevó al cabo en el Periódico de la Vida 
                      Nacional y estuvimos presentes en la Sala Manuel M. Ponce 
                      del Palacio de Bellas Artes, cuando presentó su obra 
                      El Vortex del Mal, esto es un compendio de lo que escribimos 
                      para Excélsior y nuestros demás queridos medios 
                      el 17 de mayo de 2004.  El 
                      libro “El Vortex del Mal” de la autoría 
                      de José Manuel Nava, periodista con 28 años 
                      de muy especiales experiencias y ahora director de nuestro 
                      querido EXCÉLSIOR, calificado por la técnica 
                      editorial como una novela, es más que eso, es una 
                      denuncia internacional valiente y documentada de la pandilla 
                      de ultraderecha que se apoderó de la Casa Blanca 
                      en sus propósitos de dominar el mundo.  En 
                      “El Vortex del Mal”, Nava da nombres, señala 
                      a hombres de carne y hueso que forman la pandilla del mal, 
                      ahí desfilan el presidente impuesto mediante el fraude 
                      electoral, George W. Bush; el vicepresidente, Dick Cheney, 
                      petrolero y la verdadera fuerza del mal, y Donald Rumsfeld, 
                      secretario de la Defensa. La historia le ha dado la razón 
                      con la derrota de Bush en las últimas elecciones 
                      y la obligada renuncia del "halcón mayor" 
                      Rumsfeld.  No 
                      lo pude acompañar en la presentación de la 
                      que fue su obra póstuma, "Excélsior, 
                      el asalto final". Fue Gustavo Rentería Villa 
                      quien se encargó de ese honor. Nosotros, Teodoro 
                      Rentería Villa y el autor le dedicamos completo uno 
                      de nuestros noticiarios, apenas este 3 de noviembre, fue 
                      la última vez que lo vimos lleno de vida y de planes, 
                      ahora con media plana diaria, nos decía, en todos 
                      los periódicos de la Organización Editorial 
                      Mexicana.  Lo 
                      acompañé cuando el asalto final, en el libro, 
                      Nava lo relata. Escribí mi despedida de Excélsior, 
                      que los asaltantes no se atrevieron a publicar. Nava la 
                      reproduce.  Con 
                      el asesinato de José Manuel Nava Sánchez suman 
                      28 periodistas victimados en este malogrado sexenio del 
                      foxismo, será sin duda otro crimen que se sumará 
                      a la cuenta de la impunidad imperante. Pero a José 
                      Manuel Nava Sánchez, nadie lo podrá acallar, 
                      inclusive después de su fallecimiento, a ahí 
                      esta su obra, su periodismo de denuncia que perdurará 
                      por siempre. José Manuel, descansa en paz.  Periodista 
                      y escritor. En teodoro@libertas.com.mx 
                      y felapvicemex@hotmail.com 
                      agradeceré sus comentarios y críticas. En 
                      vivo, de lunes a viernes a las 17:00 horas, en las frecuencias 
                      en toda la República de Grupo Radio Fórmula. 
                      En la ciudad de México, en la 14 70 de A. M. de su 
                      radio. Le invitamos a visitar: www.ciap-felap.orgy www.fapermex.com 
                      y www.clubprimeraplana.com.mx
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                | ESCLARECER 
                    CRIMEN DE NAVA: EXIGENPERIODISTAS NACIONALES Y EXTRANJEROS
 | 20/11/2006 |   
                | Por 
                    ELVIA ANDRADE BARAJAS Diversas 
                    organizaciones en defensa de los periodistas internacionales, 
                    latinoamericanos y mexicanos exigen al gobierno mexicano el 
                    rápido esclarecimiento del asesinato de José 
                    Manuel Nava Sánchez, ex director de Excèlsior, 
                    quien al momento de su muerte era editorialista de la Organización 
                    Editorial Mexicana (OEM) y del portal www.reportajesmetropolitanos.com.mx, 
                    donde escribía la columna NUEVO PODER. Su crimen agudizó la preocupación por la situación 
                    de desprotección que los miembros de la prensa sufren 
                    en México, por lo que la Sociedad Interamericana de 
                    Prensa (SIP) pidió hoy a las autoridades mexicanas 
                    investiguen su muerte, así como que se garantice el 
                    ejercicio de los periodistas de ese país, especialmente 
                    de los que apoyaron al escritor en la presentación 
                    de su última Obra el libro Excélsior, el asalto 
                    final, en el que critica la venta del periódico por 
                    haber ocurrido en condiciones de "extrema irregularidad".
 La 
                    información de su deceso se difundió por todo 
                    el mundo, a través de radio, televisión e Internet. 
                    La Policía informó que en el departamento del 
                    periodista faltaba una computadora portátil, en la 
                    que escribía, y otras pertenencias, destacaron todos 
                    los medios, en los que resaltaron su destacado profesionalismo, 
                    así como la presentación de su ultimo libro.
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                |  
                    "Nuevamente 
                      debemos pronunciarnos contra la ola de violencia en México, 
                      donde el 16 de noviembre pasado fue asesinado el periodista 
                      José Manuel Nava Sánchez, pocos días 
                      después de (que sucediera lo mismo con) Misael Tamayo 
                      Hernández", dijo el presidente de la SIP, Rafael 
                      Molina.Igualmente se pronunciaron miembros del Centro de Periodismo 
                      y Etica Publica (CEPET), del Club Primera Plana de México, 
                      del Club de Periodistas de México, y varias organizaciones 
                      internacionales.
 "No podemos quedar en silencio ante los continuos informes 
                      de violencia que se registran en México contra los 
                      periodistas", manifestó Rafael Molina en un 
                      comunicado.
 El también director del periódico dominicano 
                      El Día señaló que confía en 
                      que las autoridades mexicana den "una urgente respuesta 
                      a los recientes asesinatos contra periodistas que sacuden 
                      a México".
 Según las estadísticas de la SIP, en el 2006 
                      también fueron asesinados en México los periodistas 
                      Jaime Arturo Olvera Bravo, en Michoacán el 9 de marzo; 
                      Ramiro Téllez Contreras, en Tamaulipas el 10 de marzo; 
                      Enrique Perea Quintanilla, en Chihuahua el 9 de agosto; 
                      Bradley Ronald Hill, en Oaxaca el 27 de octubre y Misael 
                      Tamayo Hernández en Guerrero, el 10 de noviembre.
 Además, continúan desaparecidos Rafael Ortiz 
                      Martínez, visto por última vez en Coahuila 
                      el 8 de julio y Alfredo Jiménez Mota, cuyo paradero 
                      se desconoce desde el 2 de abril de 2005.
 Bradley 
                      Ronald Hill , un periodista estadounidense de la red global 
                      Indymedia.org perdió la vida durante una represión 
                      de la Policía mexicana contra los manifestantes de 
                      la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).  Misael 
                      Tamayo Hernández, editor y director del periódico 
                      Despertar de la Costa, fue encontrado muerto el 10 de noviembre 
                      pasado en un motel de la turística ciudad de Zihuatanejo, 
                      en Guerrero. El periodista estaba desnudo, atado de manos 
                      en la espalda y con dos perforaciones de bala en el antebrazo 
                      y otra en la mano derecha. Falleció por un paro cardíaco. 
                      Por sus investigaciones sobre el narcotráfico había 
                      recibido amenazas de muerteEl informe sobre México presentado durante la asamblea 
                      general de la SIP realizada en octubre de este año, 
                      indicó que “el crimen organizado sigue reclamando 
                      vidas y conciencias entre el gremio periodístico. 
                      El narcotráfico representa el mayor desafío 
                      para la vigencia del estado de derecho. En lo que va del 
                      año se han registrado 1.600 ejecuciones ligadas al 
                      crimen organizado con niveles de brutalidad nunca vistos 
                      en el país”.
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                | DE 
                    LA GLORIA AL REPUDIO   | 02/11/2006 |   
                |  
                    Por ELVIA ANDRADE BARAJAS --- 
                    III Parte ---   Teniendo la gloria en sus manos, la cambió por la corona 
                    del repudio.
 El 
                    primero en reclamarle su mala administración y las 
                    promesas incumplidas, principalmente en la generación 
                    de empleos y crecimiento económico, fue el presidente 
                    del Partido Verde Ecologista Mexicano, Jorge Emilio González, 
                    durante su primer informe de Gobierno, en el que públicamente 
                    le retiró el apoyo de su partido, ya que a los primeros 
                    que les falló fue a ellos al no darles la Secretaría 
                    de Ecología, como habían pactado.  Jorge 
                    Emilio González, hijo del anterior presidente y fundador 
                    del PVEM, Jorge González Torres y nieto del ex gobernador 
                    de Tamaulipas, ex precandidato presidencial y dos veces secretario 
                    de estado, Emilio Martínez Manatou, así como 
                    sobrino del empresario farmacéutico y auto postulado 
                    candidato independiente a la Presidencia Víctor González 
                    Torres, mejor conocido como el Doctor Simi, fue el primero 
                    en declararle abiertamente la guerra a Fox y en insultar la 
                    embestidura presidencial. |   
                | Fue 
                    él quien abrió la puerta, para que cayera un 
                    torrente de inconformidades contra el Presidente panista, 
                    quien sólo el primer año de su administración 
                    vivió tranquilo, ya que la gente creía en él, 
                    pese a que no había ningún repunte en la economía 
                    mexicana. |   
                |  | Sin 
                    embargo, la buena fe de los mexicanos hacia el Presidente 
                    Fox, a quien veían como un hombre honesto, carismático, 
                    dicharachero y bonachón, declinó cuando empezaron 
                    los rumores de que sostenía un romance secreto con 
                    su vocera oficial, que afectaba la estabilidad en su familia. 
                     En 
                    varias ocasiones, el Presidente negó ese romance, pero 
                    era un grito a voces. Todo su gabinete sabía que estaba 
                    enamorado “de una mujer que cambiará su destino”. México 
                    fue testigo, una vez más, del poder que ejerce una 
                    mujer con sus “atractivos”, aunque en el caso 
                    de la señora Marta Sahagùn fueron muy cuestionables, 
                    especialmente porque se trataba de una mujer madura, divorciada, 
                    con hijos, que competía con la actriz Lucía 
                    Méndez, de quien se decía tenía “la 
                    preferencia del señor Presidente”. |   
                | Las 
                    luces de los reflectores estaban sobre la Méndez, incluso 
                    ella declaró en una ocasión estar dispuesta 
                    a sacrificar su carrera en beneficio de México, con 
                    lo que dejaba entrever que había planes de boda con 
                    Fox. Empero, 
                    la reacción fue muy nefasta para ella, porque el romance 
                    de Fox- Marta Sahagùn se consolidó y en pocos 
                    meses se anunció que el Presidente se casaría 
                    por el civil con su vocera. |   
                | La 
                    confirmación del matrimonio provocó que salieran 
                    del país, su hija adoptiva Paulina, quien no quería 
                    una madrastra, y la actriz Lucía Méndez. La 
                    primera se fue a estudiar a Europa y la segunda se refugió 
                    en Estados Unidos, donde más tarde se casó. 
                    Fueron muchas las voces que dijeron que Marta Sahagùn 
                    influyó directamente en su decisión. El 
                    presidente se veía muy enamorado y enfrentó 
                    todas las críticas. Pero, al firmar su contrato de 
                    matrimonio, irónicamente cambio la corona de la gloria 
                    por el repudio, ya que todas sus acciones, a partir de ese 
                    momento, fueron en reversa. Todo empezó a salirle mal. La 
                    economía no repuntaba. No repunto. Aumentaba. Aumenta 
                    el desempleo, la delincuencia organizada, los crímenes 
                    por doquier. El narcotráfico. El desgobierno, y todo 
                    paralelo a la ambición de su mujer, que lo azuzó 
                    a cometer graves errores, como aquél de realizar una 
                    gran fiesta en el Castillo de Chapultepec, mientras la pobreza 
                    extrema se incrementaba en el país. Ese, 
                    fue el inicio de un rosario de hierros que cometió 
                    en aras del amor, por el cual, se le empezó a conocer 
                    a él y a su mujer como “la Pareja Presidencial”. |   
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