Filosofía e infancia:
¿Cuál son los desafíos del maestro en la construcción
del pensamiento crítico y ético en Niñas, Niños y Adolescentes?
Maximiliano Grego Paredes *

Introducción
¿Qué implica realmente facilitar una experiencia filosófica en el aula con niñas, niños y adolescentes? Y, ¿cuáles son las implicaciones del rol del facilitador en la Filosofía para Niñas, Niños y Adolescentes (FpNNA)?
Estas preguntas, que servirán como punto de partida y motor de la presente reflexión, nos invitan a explorar caminos pedagógicos alternativos.
En un contexto donde la educación a menudo parece priorizar la mera transmisión de contenidos sobre el desarrollo de un pensamiento crítico y ético, se vuelve apremiante la búsqueda de enfoques que cultiven la reflexión, el diálogo y la autonomía de la razón desde las primeras etapas de la vida.
Esta reflexión se propone, en primer lugar, presentar a la FpNNA como una práctica educativa que podría priorizar el pensamiento autónomo, ético y crítico. Posteriormente, 1 se explorará el concepto de comunidad de indagación como un espacio relacional clave para que este enfoque cobre vida.
En tercer lugar, se abordará el giro pedagógico que podría implicar comprender al maestro como un co-indagador, más que como un mero transmisor de saberes. Finalmente, se expondrá una serie de preguntas fundamentales que invitan a repensar nociones centrales como infancia, educación, filosofía, escuela y ser humano; interrogantes que parecen interpelar de manera significativa la labor educativa y abrir el camino hacia una experiencia transformadora del pensamiento.
Las conclusiones de este trabajo se centrarán en responder las preguntas iniciales, tomando como base el marco teórico y reflexivo desarrollado.
Desarrollo
La Filosofía para Niñas, Niños y Adolescentes (FpNNA): una práctica que cultiva el pensamiento
La Filosofía para Niñas, Niños y Adolescentes (FpNNA) se podría comprender como una disposición pedagógica orientada a fomentar el uso autónomo de la razón y el pensamiento reflexivo desde las etapas tempranas de la vida. Su objetivo principal no radicaría en la mera impartición de conocimientos preestablecidos, sino en cultivar la capacidad intrínseca de asombrarse, dudar, preguntar, imaginar, argumentar y dialogar críticamente con el mundo. De este modo, la FpNNA podría promover un pensamiento ético, creativo y empático, cualidades que se consideran esenciales para la formación de mejores juicios.
La comunidad de indagación: Un espacio relacional para el aprendizaje filosófico
En coherencia con el enfoque de la FpNNA, su desarrollo se materializa, preferentemente, en comunidades de indagación. Estos espacios se conciben como ecosistemas relacionales donde niñas, niños y adolescentes participan activamente en la construcción colectiva del pensamiento. A través de un diálogo respetuoso y una escucha atenta, los participantes co construyen y reformulan el sentido de lo que indagan, generando aprendizajes más dinámicos, significativos y colaborativos. Esto sugiere que la FpNNA, como propuesta pedagógica, permanece en constante reflexión y movimiento.
El maestro: Más allá de la transmisión, hacia la co-indagación filosófica
Para profundizar en la propuesta de la FpNNA, resulta esencial repensar el rol del facilitador. Esta metodología no se limita a la aplicación de métodos rígidos; más bien, se configura como una experiencia profundamente relacional donde el programa, el facilitador y los participantes co-crean el pensamiento.
Si bien un programa puede ofrecer puntos de partida valiosos, la chispa del asombro y la indagación emerge principalmente en la comunidad, a través de la interacción viva entre sus miembros.
En este sentido, el facilitador deja de ser un mero transmisor de respuestas para transformarse en un co-indagador. Esto implica una disposición activa a preguntar, escuchar atentamente y dejarse interpelar por las ideas que surgen de la comunidad.
Esta postura representa un giro pedagógico que trasciende los modelos educativos convencionales. Así, el aula se convierte en un espacio donde el asombro, la duda, la pregunta y el diálogo impulsan el aprendizaje, sustituyendo el modelo de instrucción tradicional. Por ende, es en estos encuentros donde se gesta una experiencia de pensamiento filosófico que, lejos de cerrarse en certezas, permanece abierta a nuevas formas de comprensión, relación y transformación. .
Preguntas para pensar la educación: el desafío filosófico del facilitador
El rol del maestro, en su función de facilitador filosófico, trasciende las tendencias pedagógicas, metodológicas y didácticas. Para asumirlo plenamente, se hace necesaria una reflexión profunda sobre los conceptos fundamentales que moldean nuestra práctica educativa. Esto invita al propio facilitador a un auto-cuestionamiento constante acerca de qué se entiende por infancia, filosofía, educación, las instituciones educativas y el ser humano en sí mismo.
Al abrazar activamente estas interrogantes, el facilitador no solo podría enriquecer su práctica, sino que sentaría las bases para una auténtica experiencia filosófica compartida en la comunidad de aprendizaje, impulsando así la construcción de un pensamiento crítico y autónomo en sus estudiantes. Para dar forma a esta labor de cuestionamiento y profundización, se proponen a continuación una serie de preguntas que buscan interpelar estas nociones centrales de la educación:
• El Ser Humano: Si acaso se le considera un ser paradójico y en constante devenir, ¿cómo podríamos guiar a los niños para que desarrollen una identidad donde la razón, la creatividad y la ética les permitan dar sentido a sus acciones personales y sociales? • La Infancia: ¿Es prioritario educar al niño con miras a la adultez, o acaso podríamos aprender de su propia expresión de verdadera libertad y espontaneidad?
• Filosofía e Infancia: ¿Podríamos acaso concebir la filosofía como un retorno a la curiosidad y la capacidad de asombro propias de la infancia, esa etapa caracterizada por el constante cuestionamiento y la creación?
• La Educación: ¿Será su propósito principal perpetuar lo ya establecido, o, por el contrario, su función primordial radica en fomentar lo inesperado y la innovación?
• El Maestro: ¿Se le percibe principalmente como un mero transmisor de conocimiento, o más bien como un acompañante en la búsqueda activa y personal del saber por parte del estudiante?
• La Escuela: ¿Su función es verdaderamente la de expandir horizontes, o simplemente tiende a promover la conformidad y el seguimiento de reglas preestablecidas?
En última instancia, la voluntad de mantener vivas estas preguntas es lo que podría permitir a cualquier educador impulsar una auténtica experiencia del pensamiento crítico, la cual se considera la base de una educación verdaderamente transformadora.
Conclusión
Al preguntarnos qué implica realmente facilitar una experiencia filosófica en el aula con niñas, niños y adolescentes y cuáles son las implicaciones del rol del facilitador en la Filosofía para Niñas, Niños y Adolescentes (FpNNA), comprendemos que esta práctica trasciende la mera transmisión de conocimientos y exige una preparación profunda.
Facilitar una experiencia filosófica implica propiciar un espacio dinámico de co indagación donde el asombro, la duda, la pregunta y el diálogo son motores de aprendizaje, transformando el aula en una comunidad de pensamiento o indagación. En este proceso, es crucial fomentar el pensamiento crítico y ético, elementos esenciales para el desarrollo integral de los participantes.
Las implicaciones del rol del facilitador son fundamentales: se posiciona como un co indagador que sostiene el deseo de pensar junto a otros, invita a cuestionar certezas y se atreve a habitar la incomodidad del no saber.
Esto exige que el maestro no solo se prepare metodológica y didácticamente, y vaya acumulando experiencia, sino que también efectúe un giro en su propia pedagogía.
Además, deberá plantearse constantemente cuestiones fundamentales que subyacen a la práctica educativa, como: ¿qué es la educación?, ¿qué es la infancia?, ¿qué es el ser humano?, ¿qué son las instituciones educativas? Mantener vivas estas interrogantes en la FpNNA son esenciales para una práctica educativa transformadora, en la que tanto el educador como el educando se desarrollan mutuamente.
Semblanza Maximiliano Grego *
Este texto ha sido elaborado por Maximiliano Grego Paredes, filósofo de formación académica, quien ha recorrido y continúa recorriendo diversas comunidades del territorio mexicano —indígenas, rurales, urbanas y en situación de vulnerabilidad— compartiendo talleres de Filosofía para Niñas, Niños y Adolescentes en colaboración con instituciones públicas y privadas como la SEP, SIPINNA, CAM, DIF, iglesias, fundaciones, escuelas, museos, bibliotecas, espacios culturales, jardines, gobiernos estatales y ayuntamientos. Además, imparte el Seminario de Pensamiento e Infancia, dirigido a docentes, catequistas, madres, padres, cuidadores y público en general. Su práctica filosófica se nutre tanto de la teoría como del encuentro directo con la infancia, y se configura como una búsqueda viva de sentido en comunidad.
Correo: maximilianogregop@gmail.com |