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 Reconocimiento de la ANDA a Maricela Arceo Mario Andrés Campa Landeros Noche apoteósica para “Paloma Negra”.Las nueve de la noche en punto. Las luces se apagan. La gente guarda  silencio. Minutos antes, una semblanza de la artista. Una pantalla gigantesca  proyecta lo que no se olvida porque los recuerdos están plasmados en recortes y  fotografías que marcan la diferencia de los años. Palenques, teatros, plazas de  toros. Se revive y se retoma el pasado en segundos. Se habla de los triunfos de  la artista. Se prepara el ambiente. Los asistentes atentos, recuerdan... El  Mariachi Gama 1000 rompe el silencio. Entra con “María Chuchena”. La gente  aplaude y el espectáculo comienza...
 
 “... Se fue a bañar a la orilla del río, juntito al mar... Y le  decía...”
 
 Y después vino “La Bruja”:
 
 “Ay! que bonito es volar a las dos de la mañana
 
 a las dos de la mañana ¡ay! que bonito es volar, ¡ay  mamá!
 
 El espectáculo se complementa con el Cuarteto  Anahuac; ballet folclórico que se luce con “El Jarabe Tapatío”. Son  cuatro;  dos mujeres y dos hombres que  portan con excelencia los trajes típicos de nuestra patria.
 
 Y  entra  cantando Maricela Arceo. Los  cañones de luz la iluminan y la gente al verla, aplaude. “Paloma Negra”  agradece las muestras de cariño con un leve movimiento de cabeza y su  imborrable sonrisa. Porta un traje negro chiapaneco con una estola al frente  con bordados de vivos colores. Y canta:
 
 “...Altanera,  preciosa y orgullosa/ no permite la quieran consolar/ pasa luciendo su real  majestad/ pasa, camina y nos mira sin vernos jamás”
 
 La gente  se prende. Grita, aplaude y se entona...
 
 Y sigue  “La Diferencia”:
 
 “...No  hay necesidad que me desprecies/ tu ponte en mi lugar, a ver que harías/ la  diferencia, entre tu y yo, tal vez seria corazón/ que yo en tu lugar.../  que yo en tu lugar.../ si te amaría”.
 
 Maricela  Arceo, “Paloma Negra”, hace un espacio para presentar a la compositora, Silvia  Torres y cantan a dueto el primer verso de “Nuestro México”, donde se refleja  un país real y que tenemos la obligación de salvar y apoyar...
 
 CEREMONIA Los representantes de la Asociación Nacional de Actores (ANDA),  integrantes de la Comisión de Honor y Justicia;   Lupita Lara, José Luis “Pocholo” Cordero y Verónica con “K” aprovecharon  un espacio para hacerle entrega a Maricela Arceo de un reconocimiento enmarcado  por  40 años de actividad como intéprete  de la canción vernácula.
 “Paloma Negra” ha sido siempre una embajadora de la música mexicana  ante el mundo. Además de ser ganadora del I Festival de la Música Ranchera,  como “La Mejor Voz”.
 
 Homenaje y reconocimiento.
 
 Entrega de una vida de 40 años a la música. Alegría de familiares,  parientes y amigos, en un evento en que la figura máxima sólo es ella, Maricela  Arceo, “Paloma Negra”.
 
 Luces que la iluminan en todo su esplendor y un público que la cobija  con ardor de los aplausos que le arrancan el sentimiento a la artista que se  reencuentra con su ambiente al lado de guitarras, trompetas y violines.
 
 El alma que se le sale en cada una de los versos de las canciones que  interpreta. Noche de gloria en el escenario del Lunario, allá en un lugar del  poniente de la ciudad de México.
 
 Entrega sin medida de “Paloma Negra” y de su público.
 
 Concierto puntual -cosa extraña e inusual- de hora y media, al lado del  Gama 1000, el mejor mariachi del mundo, aseguran, fundado por don Jesús Gama  Pérez. Presentes tres generaciones que han hecho historia en el mundo de la  música. El campañerismo que le demuestran es un acto de cariño y amistad hacia  la cantante.
 
 Y el espectáculo musical sigue.
 
 “Soy de Chiapas, tierra linda...”
 
 Y comparte su espacio con el Gama 1000 que se lanza a festejar a  cumpleañeros con “Las Mañanitas”, “El Cascabel” y hace cantar al público con el  Cielito Lindo”. Mientas tanto, Maricela toma un pequeño receso...
 
 A su regreso, “Paloma Negra” invita a los presentes a disfrutar... “Se  vale llorar”, dice... y canta. Sus hijos, Carmelina y Mauricio están felices y  ocupadísimos en la organización del evento de su madre...
 
 “... Amémonos mi bien en este mundo/ donde lagrimas tantas se  derraman/ las que vierten quizá los que se aman /tienen un no se que de  bendición.
 
 Amar es empapar el pensamiento/ con la fragancia del  edén perdido /amar, amar es llevar herido/ con un dardo celeste el corazón”.
 
 Sin detenerse,  Maricela canta el “Huapango Torero” y culmina con “Paloma Negra”...
 
 “Hay momentos en que quisiera mejor rajarme/ Y arrancarme ya  los clavos de mi penar/ Pero mis ojos se mueren sin mirar tus ojos/ Y mi cariño  con el aurora te vuelve a esperar./ “Ya  agarraste por tu cuenta las parrandas/ Paloma negra, paloma negra, dónde  andarás/ Ya no juegues con mi honra parrandera/ Si tus caricias deben ser mías  de nadie más...”
 
 La gente  canta con ella. No la deja sola. La comparte y la acaricia con sus voces.
 
 Ella goza  y el sentimiento la doblega. Las lágrimas se asoman discretamente. Pero sigue  con “... Te juré nunca volver... en el tren de la ausencia me voy... Yo te dije  y juré que eras mi vida...”
 
 Se  detienen un momento y da gracias a todos “por acompañarme”...
 
 Se baja  del escenario y saluda cantando al mismo tiempo a los asistentes... Las luces  se dirigen hacia las mesas por donde va pasando, interpretando, saludando,  abrazando...
 
 Y deja que se luzca el Gama 1000. Invitan a  los asistentes a bailar con un Twits,luego con la música de Juan Gabriel... “Si  nosotros nos hubieramos casado... Noa Noa...
 
 Maricela   se reapodera de su celebración y la pasión la embarga.
 
 Canta  con mayor sentimiento:
 
 “... Me fui muy lejos, para ver si acaso,/ Me olvidaba de lo  mucho que te amé/ Busque otros brazos, para ver si acaso,/ Me arrancaban de la  sangre tu querer/ Pero cansado de buscar,/ Donde refugiar, todo mi sufrir/ Sólo  me queda un gran dolor/ Por tanto, tanto amor que yo te di.
 
 Y antes  de cerrar su actuación interpreta como sólo ella lo sabe hacer.
 
 “ México lindo y querido/ si muero lejos de ti/ que digan que estoy  dormido/ y que me traigan aquí/ Que digan que estoy dormido/ y que me traigan  aquí/ México lindo y querido/ si muero lejos de ti...”
 
 El público le pide la  última. No se niega.Va con todo el sentimiento en esa canción...
 
 “... Juran que el mismo cielo se estremecia/ al oir su llanto  como sufrió por ella/ que hasta en su muerte la fue llamando/  cucurrucucu...paloma.../ cucurrucucu... ya no le llores.”
 
 Y todo lo  bueno se acaba.
 
 Fue toda  una noche de sentimientos encontrados.
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