México está por romper otro récord de muertes  violentas, pero esa realidad no aparece en los videos de TikTok que se  viralizan al mostrar la cultura del narcotráfico 
            Oscar Lopez 
             lun., 30 de  noviembre de 2020 1:23 p. m. CST 
              
             
            CIUDAD DE MÉXICO,-— Cachorros de tigre y armas  semiautomáticas. Montones de billetes y autos blindados. Campos de amapola que  se riegan al sonido de canciones que ensalzan la cultura de los cárteles de  narcotráfico mexicanos. 
             
              Este es el mundo de Cártel TikTok, un género de  videos que muestran a grupos de narcotráfico y sus actividades que cosecha  cientos de miles de vistas en la popular plataforma de redes sociales. 
             
              Pero detrás del narco oropel y del baile de los  miembros de las pandillas hay una siniestra realidad: mientras que México está  otra vez por romper récords en homicidios este año, los expertos en crimen  organizado dicen que Cártel TikTok solo es la más reciente campaña de  propaganda diseñada para enmascarar el baño de sangre y mostrar una promesa de  riqueza infinita para atraer a reclutas jóvenes y descartables. 
             
              “Es narcomarketing”, dijo Alejandra León Olvera,  antropóloga en la Universidad de Murcia en España que estudia la presencia de  los grupos del crimen organizado en redes sociales. “Utilizan este tipo de  plataformas para hacerse publicidad, pero claro, como esta publicidad  hedonista”. 
             
              En México, el contenido de los cárteles ha  circulado en redes sociales durante años; este mes empezó a inundar los canales  de TikTok en Estados Unidos luego de que un segmento de una persecución en  lancha a toda velocidad se viralizó en la plataforma donde se comparten videos. 
             
              La persecución acuática en video apareció para los  adolescentes estadounidenses en su página de For You, que recomienda a los  usuarios videos que podrían encontrar interesantes. Millones de usuarios  marcaron con “me gusta” y compartieron el segmento. Sus clics hicieron que el  video subiera en el algoritmo de la sección For You, lo que hizo que más  personas lo vieran. 
             
              Y una vez que habían visto la persecución en  lancha, el algoritmo empezó a ofrecerles segmentos que parecían originados en  los grupos de narcotráfico en México, primero por goteo y luego en una gran  ola. 
             
              “Ni bien empecé a darle like a ese video de la  lancha y luego había videos de mascotas exóticas, videos de coches”, dijo  Ricardo Angeles, un TikToker de 18 años de California interesado en la cultura  de los cárteles. 
              “Es fascinante”, dijo, “como ver una película”. 
             
              Otros también empezaron a notar la ola de videos de  los cárteles y a publicar reacciones a la inundación de armas y autos de lujo  que aparecieron en sus canales de novedades. 
             
              “¿Los cárteles acaban de lanzar su estrategia de  marketing de TikTok?”, preguntó un desconcertado usuario en un video visto unas  490.000 veces. “¿El coronavirus les hizo daño a todos ustedes?”. 
             
              Cuando se le preguntó sobre la política respecto a  los videos, una vocera de TikTok dijo que la empresa estaba “comprometida en  trabajar con las fuerzas de la ley para combatir la actividad criminal  organizada” y que elimina “contenido y cuentas que promueven la actividad  ilegal”. Los videos de cárteles que se enviaron a TikTok para que la empresa  comentara al respecto pronto fueron eliminados de la plataforma. 
             
              Aunque para la mayoría de los TikTokers  adolescentes el contenido de los cárteles puede ser novedoso, la representación  en línea de la narcocultura tiene más de una década de antigüedad, cuando  México empezó a redoblar su sangrienta guerra contra esas bandas, de acuerdo  con Ioan Grillo, autor de El narco: en el corazón de la insurgencia  criminal mexicana. 
             
              Al principio, los videos eran violentos y  explícitos: imágenes de decapitaciones y tortura que se subían a YouTube con el  fin de atemorizar a los grupos rivales y de mostrar a las fuerzas del gobierno  la crueldad a la que se enfrentaban. 
             
              Pero el contenido se volvió más sofisticado en  tanto las plataformas sociales evolucionaron y los cárteles fueron adquiriendo  destrezas digitales. 
             
              En julio, un video que circuló ampliamente en  redes sociales mostraba a integrantes del violento Cártel Jalisco Nueva  Generación en ropa de combate, sosteniendo armas de grueso calibre y alentando  a su líder junto a decenas de vehículos blindados marcados con las iniciales  CJNG. 
             
              Esta muestra de fuerza apareció en línea al mismo  tiempo que el presidente Andrés Manuel López Obrador estaba de visita en los  estados que constituyen el bastión del cártel. 
             
              “Es como una patada, como un golpe en el estómago a  la estrategia de seguridad del gobierno”, dijo Grillo. 
             
              López Obrador, cuya campaña prometió confrontar el  crimen con “abrazos no balazos” hasta ahora no ha logrado impactar de manera  significativa la violencia del país, que solo el año pasado registró 34.582 homicidios. 
             
              Pero aunque algunos videos se siguen produciendo  para propagar el terror, otros están hechos para mostrarle a los jóvenes del  campo mexicano los beneficios potenciales de unirse al narcotráfico: dinero  infinito, autos caros, mujeres hermosas, mascotas exóticas. 
             
              “Se trata del sueño, se trata de chambearle”, dijo  Ed Calderon, consultor de seguridad y exintegrante de las fuerzas de seguridad  en México. “Eso es lo que venden”. 
             
              Según Falko Ernst, analista sénior para México del  International Crisis Group, un centro de estudios global, algunos de los videos  de TikTok podrían estar producidos por los mismos integrantes de los cárteles,  en especial jóvenes sicarios ansiosos por mostrar sus botines de guerra. 
             
              Aún así, dijo, la mayoría posiblemente los graban  los operadores jóvenes de menos rango de los grupos y luego sus amigos o  quienes aspiran a ese estilo de vida los circulan ampliamente en internet. 
             
              Pero ya sea los cárteles o simplemente los  aspirantes a mafiosos quienes los producen y comparten, el objetivo final es el  mismo: atraer a un ejército de jóvenes dispuestos a dar la vida por acercarse a  la gloria. 
             
              Las bandas, dijo Ernst, dependen de este “mar de  jóvenes”. 
             
              A pesar de que los videos de armas con piedras  preciosas y autos modificados han circulado en Instagram y Facebook durante  años, TikTok le ha dado una nueva dimensión al género de la narcocultura. 
             
              “El mensaje tiene que ser rápido, tiene que ser  atractivo, y tiene que ser viral”, dijo León, la antropóloga. “Se hace  divertida la violencia, o hasta le ponemos musiquita”. 
             
              Un video, que atrajo más de 500.000 me gusta antes  de que lo eliminaran, muestra a un campesino rebanando vainas verdes de  semillas en un campo de amapola, al parecer para cosechar la resina con la que  se produce la heroína. 
             
              “Aquí en la sierra puro morro trabajador”, dice una  voz en off. “Pura gente de bien”. 
             
              En otro video, de una cuenta ahora desactivada  llamada El payaso del CJNG, en referencia al cártel de Jalisco, una silueta  vestida de negro con un chaleco antibalas y un rifle AR-15 hace un paso de  baile conocido como el Floss. 
             
              A pesar de que los videos están dirigidos a una  audiencia en México, para los usuarios en Estados Unidos que ayudan a  promoverlos explotan una fascinación popular creciente con el mundo de los  cárteles, uno que series como Narcos de Netflix han propagado. 
             
              En parte, ese fue el atractivo para Angeles, el  adolescente de California, cuyos padres migraron de México antes de que él  naciera. 
             
              Aunque reconoció la violencia real detrás de los  videos, Cartel TikTok se ha convertido en un modo de conectar con la cultura  popular mexicana desde una distancia segura. 
             
              “Hay una diferencia entre mirar Narcos y  que te secuestre uno”, dijo Angeles. 
             
              Los videos también son un cruel recordatorio de la  vida que pudo haber tenido si sus padres no hubieran buscado mejores  oportunidades del otro lado de la frontera. 
              “Yo podría haber estado en ese estilo de vida”, dijo  Angeles. Pero “preferiría estar sin dinero y sin nombre que rico y famoso”. 
            This article originally appeared in The New York Times.
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