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 Por Ramiro  Gómez-Luengo -- Primera Parte ---  El amor tiene un nuevo escenario. Ya no es la  habitación a veces lúgubre, a veces de mal gusto, que caracteriza a la mayoría  de los hoteles de paso. Ahora, con el nuevo concepto de Hoteles de Amor, es un espacio impecable, lúdico y acogedor, aunque  discreto y con la escenografía necesaria para invitar al goce; un lugar que  abre nuevos horizontes a la imaginación erótica. 
 “Los Hoteles  de Amor tienen la característica de haber sido diseñados y pensados en el  diseño de interiores, y si bien siguen manteniendo la discreción de un motel,  ahora son  lugares vistosos, luminosos,  limpios, con una imagen fresca, divertida, erótica”, revela Aurelio Vázquez  Durán, a cuya imaginación se debe este nuevo concepto en materia de hoteles de  paso.
 
 Director creativo de DIN Interiorismo, Vázquez  Durán agrega que fue hace 8 años cuando su empresa comenzó a diseñar Hoteles de Amor, el primero de ellos,  Pirámides Narvarte, “tras lo cual llegaron después 40 nuevos sitios en toda la República Mexicana”.
 
 Según este innovador, Hoteles de Amor es un club de calidad en diseño de interiores para  hoteles de pareja. Por eso, todos éstos cumplen estándares específicos en su  diseño, “haciendo que su visita a uno de ellos se convierta en una ocasión  realmente especial e inolvidable”.
 
 “Hoy en día, los jóvenes universitarios, las  parejas adultas, los matrimonios, la gente de la tercera edad y, por supuesto,  la comunidad lésbico-gay, tienen una opción fresca, luminosa, divertida y  memorable en un espacio diseñado con colores llamativos, luces tenues, camas  circulares, giratorias, y muebles lúdicos, como hamacas, columpios y sillas”,  agrega.
 
 Explica que si bien el negocio de los hoteles  y moteles de paso en el Distrito Federal está sobresaturado, “casi todos son  iguales, y esa es la razón del éxito del concepto de los Hoteles de Amor, pues son sitios únicos, irrepetibles y con precios  competitivos que oscilan entre los 400 y 700 pesos”.
 
 “Los hoteles de paso son para los infieles,  mientras que Hoteles de Amor es para  aquella gente que busca un lugar al que no le dé pena entrar o del que quiera  salir corriendo, porque no pagas por una noche, sino por una experiencia con tu  pareja en un escenario distinto al de tu habitación cotidiana, un espacio para  fantasear”.
 
 “Si has visitado un hotel familiar, un hotel  de negocios para trabajar o un hotel eco turístico cuando quieres estar en  contacto con la naturaleza, pues Hoteles  de Amor surgió para darle respuesta a todos aquellos que quieren vivir su  vida en pareja de una forma intensa, divertida, discreta y que rompe la  monotonía en un entorno pensado específicamente para el amor”.
 
 Para DIN Interiorismo, señala Vázquez Durán, lo  más importante al diseñar un cuarto de hotel es la experiencia que debe vivir  la persona que lo use, ya que además de conceptos básicos como estética,  función e higiene, es primordial recordar que un cuarto de hotel no es una  casa, “es un espacio distinto en el que aunque sea por una noche, debemos  recibir todos los mensajes necesarios que conviertan nuestra estancia en algo  para recordar, pero sobre todo que nos invite a regresar”.
 
 Si bien se dice orgulloso de sus 40  creaciones, admite que casi todo el mundo identifica de inmediato su trabajo  cuando se habla de hoteles como el Cuore,  con su fachada de corazones gigantes, y el Pop  Life, su más reciente obra, inspirado en el arte Pop de los años 60 y 70.
 Cuore y Pop Life Situado sobre la calzada Tlalpan, el Cuore resaltó de inmediato entre los 85  hoteles de paso que hay sobre dicha avenida gracias a su fachada negra decorada  con corazones gigantes en tonos rojos y naranjas, que constituyen el elemento  principal de su diseño.
 Empero, el hotel no sólo es de los más  vistosos del sur de la ciudad, ya que tiene   habitaciones con jacuzzi y paredes con espejos, además de un peculiar  columpio para practicar distintas habilidades amorosas.
 
 Por su parte, el Pop Life, ubicado en avenida  Revolución, está inspirado en los años 60 y 70 con una decoración psicodélica  donde el color es explotado a su máximo.
 
 Los ambientes se generan en cada habitación  por medio de desniveles en los pisos y los plafones, que combinados con la  iluminación y el mobiliario, reflejan la influencia del Pop Art y el  modernismo, integrando color y formas por medio del diseño y los materiales.
 
 Pisos de cuadrícula colorida, imágenes que  recuerdan a Andy Warhol, Jasper Johns, Robert Indiana y Roy Linchtenstein, así  como muebles con diseños basados en los años 60 y 70, pero plenamente  funcionales, acompañan a las parejas que visitan el Pop Life.
 
 “El Arte Pop fue un importante movimiento  artístico surgido en el siglo XX que se caracterizó por el empleo de imágenes  de la cultura popular tomadas de los medios de comunicación, tales como  anuncios publicitarios, comic books, objetos culturales mundanos y del  mundo del cine.
 
 “El Pop Art, como la música pop, buscaba  utilizar imágenes populares en oposición a la elitista cultura existente en las  bellas artes, separándolas de su contexto y aislándolas o combinándolas con  otras, además de resaltar el aspecto banal o kitsch de algún elemento cultural, a menudo mediante el uso de la  ironía”, explica Vázquez Durán.
 (rluengo4@hotmail.com) |  |